20130612

Temporada de matutinos

Viernes, 20 de mayo de 2005

¡Buenos días!

Siempre es temporada de matutinos, pues sea primavera, verano, otoño o invierno ellos andan por ahí flotando por el ciberespacio y por mi "neuroespacio". Sin embargo, si consideramos un ciclo diario, en lugar del anual, entonces si que hay temporada de matutinos que, obviamente, son las mañanitas laborales, con alguna que otra excepción vespertina o nocturnina.

Tenemos otro precioso día primaveral, con los patitos de la ribera haciendo cuá-cuá-cuá, soleado y de arbóreas pelusas al viento, y con temperaturas ya consolidadas muy por encima de los 20ºC. Algunos árboles ya destilan sus aromas florales, pero todavía queda algo más de un mes para la orgásmica orgía olfativa de los sedantes tilos en flor. Será por los Sampedros, a finales de junio.

Ayer por la tarde estuve viendo otra película de las que proyecta el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Se trató del film mejicano "Temporada de patos", de Fernando Eimbcke.

Muy, pero que muy buena película sobre un par de adolescentes durante un tedioso día de domingo, solos en casa de uno de ellos, y abducidos por videojuegos, coca-colas, chucherías y pizzas a domicilio. Pero este "perfecto plan de diversión" se les chafa por un apagón de luz, por una vecina, también adolescente, que les pide permiso para cocinar un pastel en su casa (su horno está estropeado), y por un repartidor de pizzas un tanto particular: no es otro adolescente, que sería lo normal, sino un adulto con todas sus frustraciones. Por estética y por el tipo de historia parece un cortometraje ... de hora y media.

La película es muy parsimoniosa, aunque con rompedores toques de absurdez, surrealismo y realismo mágico, que me provocaron bastantes carcajadas. Está rodada en blanco y negro, lo que refleja muy bien el aburrimiento vital de los adolescentes, que nunca tienen claro lo que quieren de la vida. Esta confusión vital de los adolescentes está muy bien reflejada, entre otras cosas, además, en la confusión de la chica sobre el modo de preparación y los ingredientes de un pastel de chocolate (echa de los dos tipos, del auténtico y de la "marijuana", porque oyó que a éste su madre lo llamaba también chocolate), lo que provoca, cuando todos se lo comen, otra divertidísima y alucinante escena.

¿Y qué tiene que ver el título con la historia? Pues es un horroroso cuadro que hay en la casa, de esos de escenas de caza que hay en la mayoría de las casas de nuestros padres, y que termina teniendo cierta importancia en la historia, como metáfora de como enfrentarse a los avatares de la vida.

Pues ya estamos en temporada de sabiduría ajena, así que vamos a ella:

 - "El trabajo desgasta, pero pule y abrillanta; el ocio embota, enmohece y destruye".  (Anónimo).

 - "Que el tiempo pasa sin sentir es algo que todos hemos dicho y pensado mil veces. Cuando hacemos recuento de la vida, parece que fue ayer nuestra niñez o nuestra juventud".  (Anónimo).

 - "Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza".  (Anónimo).

Este tal "Anónimo", no sé quien es, pero tiene pensamientos muy interesantes.

Besos y abrazos,

Don.
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