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Matutino perfumado

Martes, 28 de noviembre de 2006

¡Buenos días!

Otra lloviznosa mañanita de otoño con su plomiza y nebulosa boina sobre nuestras cabezas, pero gracias a esa humedad, mientras se pasea a la vera del Arlanzón pisoteando las hojas caidas, se va desprendiendo ese delicioso aroma de otoño que se eleva hasta nuestra pituitaria y que conjugado con el colorido ribereño nos eleva hasta los más excelsos paraísos otoñales y nos reafirma que estamos de otoño total. Os recomiendo, sin embargo, que paseéis la ribera al natural, y nunca os traigáis muestras de ella a vuestras casas para deleite personal, que no tienen parangón las sensaciones al natural con las enlatadas para consumo doméstico: no cortéis flores, paladeadlas en su ecosistema y recordadlas de por vida, que la rumia de los recuerdos es mejor y más placentera que rancios enlatados.

Pues tras esta disertación, ya habréis supuesto, especialmente los que ya hayáis visto la película o leído la novela, que film es el que vi ayer por la tarde. Se trató de "El perfume. Historia de un asesino" ("Das parfum. Die geschichte eines") ("Perfume. The story of a murderer"), de Tom Tykwer, y con Ben Whishaw; una espléndida coproducción europea basada en la famosísima novela homónima de Patrick Süskind, que ya me entusiasmó cuando la leí en su día. Es más, es de las poquísimas películas que no me han decepcionado al verlas tras haber leído la novela original, pues conserva casi perfectamente la esencia de ésta, al menos según mi particular apreciación.

Para quien todavía no lo sepa, nos relata la vida de Jean-Baptiste Grenouille en la Francia de mediados del s.XVIII; un tipo de portentoso olfato y carente totalmente de olor corporal propio, lo que le hacía en cierto modo invisible al resto de la gente. Debido a su peculiaridad, termina por obsesionarse por extraer la esencia olorosa de la mayoría de las cosas, especialmente de las mujeres que le gustan (lo que le terminó por convertir en asesino), para elaborar un perfume embriagador y manipulador de emociones.

Película de factura impecable, rodada en su mayoría en pueblos y ciudades de Cataluña (en sus cascos históricos), y muy fiel a la esencia de la novela, como ya dije. Creo recordar, pues leí la novela hace más de 15 años, que al principio y al final no fue tan fiel. El principio, porque el film empieza con el casi final (la novela creo que no, que empieza por el principio). Y el final, el sorprendente, apabullante y truculento final, queda algo suavizado, disociado y diluído, en el film, según creo recordar ... pero no importa, la película me pareció magnífica y recomendabilísima, tanto para los que hubieran leído ya la novela, como para los no iniciados, a quienes espero les entre el gusanillo de leerla, pues por supuesto es mucho más densa y prolija que el film.

Una observación: el final está coreografiado por el famosísimo grupo teatral catalán "La fura dels baus". Además, la tenebrista fotografía, la ambientación y la banda sonora son estupendas también.

Bueno, creo que ya he loado con suficiencia esta estupenda película, así que pasemos a la sabiduría ajena, una de las partes esenciales de todo buen matutino, que espero os deje un buen aroma intelectual:

 - "Él estaba maravillado, no solo porque apareciese tan favorecida, sino también porque aquello reforzaba la suave niebla que tenía en la cabeza, aquella embriaguez que le encantaba y que deseaba ver justificada y alimentada".  (Thomas Mann).

 - "El principal maestro de los hombres en las acciones de la vida es el infortunio".  (Licurgo).

 - "El deseo es la verdadera esencia del hombre"  (Baruch Spinoza).

 - "Dos tragedias hay en la vida: una no lograr aquello que ansía el corazón; la otra es lograrlo. Mientras tenemos un deseo, tenemos una razón de vivir. La satisfacción es la muerte".  (George Bernard Shaw).

Besos y abrazos,

Don.
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