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Feliz desesperanza matutina

Viernes, 9 de febrero de 2007

¡Buenos días!

Mis esperanzas de ayer de un otoño suave en pleno invierno parece que se esfumaron esta mañana de un soplo ... más, de un ventarrón, pues el fiero Eolo ha barrido casi toda la nubosidad y ha traído más fresquete. No importa, tanta luminosidad, que ya era muy deseada y necesaria, me ha insuflado tal vitalismo que parece que la felicidad rezuma por mis poros, muy especialmente tras el ventanal de mi oficina mientras admiro la ribera cual si de en una flor de invernadero me hubiese convertido.

Ayer por la tarde, tras muchos meses de ausencia, volví a ver otra película de esas que programa el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Ahora, durante febrero, están con un ciclo de Todd Solondz, un cineasta con una mirada bastante insólita sobre la sociedad, que en más de una ocasión ha sido censurado en Estados Unidos, quizás por la desoladora brutalidad emocional en sus planteamientos, lo que las hace bastante incómodas de ver por momentos. En el ciclo van a echar (o han echado) "Bienvenido a la casa de las muñecas" ("Wellcome to the dollhouse", 1996), "Happiness" (1998), "Cosas que no se olvidan" ("Storytelling", 2001), y "Palíndromos" ("Palindromes", 2004). Hasta ahora no había visto nada de este director, y la semana pasada empecé mal para remediarlo, pues me perdí la primera película del ciclo ... una pena, tras lo visto ayer con la segunda.

Se trató de "Happiness", de Todd Solondz, y con Dylan Baker, Jane Adams, y Phillip Seymur Hoffman, entre otros. Excepcional película, por buena y por bastante insólita, que plantea estupendamente algunos temas políticamente incorrectos. Pero básicamente nos habla, como indica cínica e irónicamente su título, de la escasa felicidad y su muy abundante apariencia. Desoladora, brutal a veces, visión de la felicidad desde el punto de vista de la casi más absoluta desesperanza. Porque cuando aparece la felicidad en la historia lo es brevísimamente, y en modo de esperanza, no de realidad, pues ésta se encarga al poco de machacarla de un contundente mazazo. Los personajes, desde luego, son de lo más pintoresco y hay momentos en que sus situaciones mueven a la risa por lo estrafalario, risa rápidamente congelada debido a que te das cuenta de que la cosa es muy seria.

Esta película, y supongo que el resto de las de este director, repelerán a buena parte de la audiencia, aunque a mí me encantó debido a que creo necesarios (en dosis homeopáticas) ciertos puntos de vista condenados al ostracismo a pesar de que nos repelan. En concreto, las muy escabrosas (emocionalmente) escenas que se van sucediendo entre un pervertido padre y su hijo de 11 años son apoteósicas, a pesar de que en muchos momentos es un duro sufrimiento emocional el seguirlas. Pero, en fin, la vida es así, ... a veces.

Pues para ver algún hilo de esperanza en nuestras vidas, con independencia de tener o no felicidad, que lo primero casi condiciona lo segundo (como muy bien nos dirá enseguida Tagore), ahí van unas citas de sabiduría ajena:

  - "La felicidad en esta vida consiste en tener algo que hacer, alguien a quien amar y algo que esperar".  (Rabindranath Tagore).

  - "La felicidad consiste en ser libre, en no desear nada".  (Anónimo).

  - "El sufrimiento tiene como causa el deseo, y en la base del deseo está la ignorancia".  (Siddharta Gautama, Buda).

  - "Tanto la esperanza como la paciencia son dos fuertes remedios para cualquier cosa; son los más seguros y blandos cojines sobre los cuales podemos acomodarnos y, si lo deseamos, reclinarnos ante la adversidad".  (Robert Burton).

  - "El día que entre los hombres ya no exista ni entusiasmo, ni amor, ni adoración, ni sacrificio, tendremos que hacer un agujero hasta el centro de la Tierra, y meter dentro de él quinientos millones de barriles de pólvora para hacerla explotar como una bomba en el firmamento".  (Alfred de Vigny).

Y remato con una coplilla popular:

  - "Quien espera desespera;
quien desespera no alcanza;
por eso es bueno esperar...
y no perder la esperanza".

Esperanzados besos y abrazos,

Don.
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