Viernes, 16 de febrero de 2007
¡Buenos días!
Es obvio que salvo alguno que dedico a alguna obra teatral o concierto musical vistos y oídos, mis matutinos van destinados a glosar el cine, la última película vista por mí. Y como a Don Quijote, tanto cine me está empezando a sorber los sesos y comienzo a ver casi todo cual si de una película se tratase. Ahorita mismo, por ejemplo, miro en cinemascope a través de los ventanales la esplendorosa ribera, hoy nublada de gris tenue. Nubes traídas por el templado y húmedo viento del suroeste, que nos deja un ambiente callejero de lo más placentero, casi una copia restaurada de una primavera adelantada en este febrero extraño, aunque en mi caso las consecuencias de tal primavera adelantada se están manifestando como vital primavera tardía ... un rebrote al calor de mi invernadero perpetuo.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Días de cine", de David Serrano, y con Alberto San Juan, Nathalie Poza, Miguel Rellán y Fernando Tejero. Historia del rodaje de una película en los primeros instantes de la transición política española, allá por 1977. Un director con ideales y conciencia social trata de rodarla mientras va siendo desvirtuada poco a poco debido a todo tipo de presiones e imposiciones (monetarias, de censura, ...). Vemos como se va prostituyendo la idea original y como el rodaje se va convirtiendo en todo un despropósito, como lo eran casi todas las películas de esa época, la era del destape, que provocaban sentimientos de vergüenza ajena. Pues eso mismo, un despropósito, me pareció la película. No me gustó nada. Con esos mimbres se podría haber hecho algo muchísimo mejor, según mi particular entender.
Bueno, pues para intentar aproximarnos a una vida de película ... o justo lo contrario, según el caso, nada como un poquito de sabiduría ajena.
- "Un poco de lisonja sostiene al hombre en medio de una gran fatiga". (Monroe).
- "La vergüenza es un afecto doloroso que excita en nosotros la idea del desprecio en que sabemos haber incurrido". (Barón de Holbach).
- "No hay censura que no sea provechosa, pues cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores". (Friedrich Hebbel).
Besos y abrazos,
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