Viernes, 28 de julio de 2000
¡Buenos días!
A pesar del título y de los
comentarios meteorológicos de hace varios días, ¡no!, no os creáis que el
invierno ha llegado a destiempo a estas tierras, proveniente de
"Septentrionlandia". Hace fresquete por las mañanas,
"gracias" al sempiterno vientecillo norteño que sopla por aquí,
aunque en cuanto se desperece la mañana, hará un calorcito propio de fines del
mes de julio (¡pero en Burgos!, no os creáis otro lugar más meridional).
El título viene a cuento
porque ayer estuve en el Teatro Principal escuchando un grupo musical finés, VÄRTTINÄ.
Son un grupo de música folk, pero modernizada, y muy, muy, muy originales y
divertidos. Aunque a la mayoría de vosotros os parezca raro son muy famosos,
... entre las inmensas minorías. Son cuatro chicas cantantes y seis chicos
músicos. Os los hubiera recomendado para que fuerais a verlos a Madrid
(actuaron el 26 de julio en el Patio del Conde Duque), o a Santiago (día 25,
¡lógico!), o a Cádiz (día 22), o a Ortigueira (día 16), ... pero compré la
entrada antes de ayer y no sabía que estaban por aquí hasta ese día.
Aunque es puro folklore
finlandés, tiene reminiscencias irlandesas, búlgaras, rusas, hindúes, música
pop, ... ( a todas esas cosas me iban sonando los diferentes temas que
interpretaban), lo que demuestra que la música, y la cultura en general no
tiene fronteras, que somos nosotros y nuestras circunstancias, qué diría Ortega
y Gasset.
Las cuatro chicas eran
simpatiquísimas, provocadoras, guiñaban los ojos, citaban con el dedo al
público, a la par que decían, en inglés, que nos animásemos a bailar, ... y la
gente se animó (en el muy serio Teatro Principal). Un espectáculo diferente por
puesta en escena, y tipo de música. Os recomiendo que cuando vuelvan a pasar
por España vayáis a verlos (en Burgos dieron su último concierto en España,
camino de Italia). Además, la más picarona y divertida de las chicas era una
"carita de muñeca" (esto especialmente dedicado a incentivar a los
chicos), que al finalizar el concierto, en el vestíbulo del teatro, mientras
hablaba con un conocido, estuvo breves momentos a mi vera, antes de ser
descubierta y abordada por unos cuantos voraces fans que reclamaban de ella
autógrafos en CD's, programas del concierto y demás. ¡No entiendo esa mitomanía
de coleccionar absurdas firmas!
Besos y abrazos,
Don.
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