Jueves, 13 de julio de 2000
¡Buenos días!
El clima va mejorando poco a
poco. Ayer por la tarde ya se notó una atemperación en el raspón viento que
hace por estas tierras. ¿Tal vez para recibir las suaves y envolventes melodías
atlánticas de Madredeus?
¡Embriagador, evocador
concierto de envolventes melodías de Madredeus, cual
apacible brisa marinera atlántica! Una delicia, ¡qué voz la de Teresa
Salgueiro! Y eso que ya estaba acostumbrado a oírla infinitamente en los discos
que tengo de ellos (ahorita mismo, mientras tecleo, estoy envuelto por los
sones melancólicos de su música, que oigo desde este mismo PC a través de su
sistema multimedia).
Al principio, como cantaron
temas que me eran conocidos, me extrañaron un poco, debido a estar acostumbrado
a las voces y sones mejorados por la técnica que hay en todo disco. Sin embargo
cuando comenzaron con los temas inéditos en su discografía, fui transportado
por la voz de Teresa al paraíso de la "saudade". También colaboró la
sencilla música de tres guitarras acústicas (una de ocho, otra de seis y un
bajo de cuatro cuerdas) y un sintetizador.
Alguien me dijo:
"Donato, te vas a morir de nostalgia". Pues no, no me morí de
nostalgia ni melancolía. Aunque el caso es que en una canción, hacia el final
del concierto, que al principio me provocó un cosquilleo mental de placer, me
fue sumiendo poco a poco en la nostalgia (me emocionó grandemente), de la que
salí con los últimos acordes. Tuve esa sensación, que alguna gente dice de lo
bien que se encontraban tras una buena llorera. No fue una inmersión en la
melancolía negativa, esa que te lleva a deprimirte, sino en una melancolía
agradable, que reconforta el alma.
Como me ha solido pasar en
algunos de los últimos conciertos a los que he ido (Amancio Prada, Pablo
Milanés, Savina Yannatou), en el principio de este se me inundó el cerebro y el
alma de cosquilleo (tal vez provocado por las endorfinas). Luego ya saturado,
me sumí en un estado de plácido relajo, hasta dos de las últimas canciones (una
de ellas, la que me sumió en la melancolía), en las que aunque ya estaba
saturado de endorfinas, volví a sentir otra descarga.
Bueno, dado que en Burgos
comenzaban su gira por España, resto de Europa, Sudamérica y Japón, cuando
pasen por Madrid, os recomiendo fervientemente que vayáis a verlos (¡A
OÍRLOS!). Por cierto, ya tenía en los altares de mis amores platónicos a Teresa
Salgueiro (por voz e imagen), pero desde ayer ...
Besos y abrazos,
Don.
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