20141104

¡Madre de Dios, qué matutino!

Jueves, 13 de julio de 2000

¡Buenos días!

El clima va mejorando poco a poco. Ayer por la tarde ya se notó una atemperación en el raspón viento que hace por estas tierras. ¿Tal vez para recibir las suaves y envolventes melodías atlánticas de Madredeus?

¡Embriagador, evocador concierto de envolventes melodías de Madredeus, cual apacible brisa marinera atlántica! Una delicia, ¡qué voz la de Teresa Salgueiro! Y eso que ya estaba acostumbrado a oírla infinitamente en los discos que tengo de ellos (ahorita mismo, mientras tecleo, estoy envuelto por los sones melancólicos de su música, que oigo desde este mismo PC a través de su sistema multimedia).

Al principio, como cantaron temas que me eran conocidos, me extrañaron un poco, debido a estar acostumbrado a las voces y sones mejorados por la técnica que hay en todo disco. Sin embargo cuando comenzaron con los temas inéditos en su discografía, fui transportado por la voz de Teresa al paraíso de la "saudade". También colaboró la sencilla música de tres guitarras acústicas (una de ocho, otra de seis y un bajo de cuatro cuerdas) y un sintetizador.

Alguien me dijo: "Donato, te vas a morir de nostalgia". Pues no, no me morí de nostalgia ni melancolía. Aunque el caso es que en una canción, hacia el final del concierto, que al principio me provocó un cosquilleo mental de placer, me fue sumiendo poco a poco en la nostalgia (me emocionó grandemente), de la que salí con los últimos acordes. Tuve esa sensación, que alguna gente dice de lo bien que se encontraban tras una buena llorera. No fue una inmersión en la melancolía negativa, esa que te lleva a deprimirte, sino en una melancolía agradable, que reconforta el alma.

Como me ha solido pasar en algunos de los últimos conciertos a los que he ido (Amancio Prada, Pablo Milanés, Savina Yannatou), en el principio de este se me inundó el cerebro y el alma de cosquilleo (tal vez provocado por las endorfinas). Luego ya saturado, me sumí en un estado de plácido relajo, hasta dos de las últimas canciones (una de ellas, la que me sumió en la melancolía), en las que aunque ya estaba saturado de endorfinas, volví a sentir otra descarga.

Bueno, dado que en Burgos comenzaban su gira por España, resto de Europa, Sudamérica y Japón, cuando pasen por Madrid, os recomiendo fervientemente que vayáis a verlos (¡A OÍRLOS!). Por cierto, ya tenía en los altares de mis amores platónicos a Teresa Salgueiro (por voz e imagen), pero desde ayer ...

Besos y abrazos,

Don.
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