Miércoles, 6 de septiembre
de 2000
¡Buenos días!
A pesar de que las mañanas
siguen siendo "espeluznantemente" heladoras (esta mañanita 10ºC),
desde ayer, las tardes y mediodías son confortable y acogedoramente tibios.
Antes de ayer, lunes, fui al
cine a ver "South Park", altamente corrosiva
película de animación, que deja a "Los Simpson", la serie televisiva
de dibus ya de por sí bastante sarcástica, cual si fuera una acaramelada peli
de Disney.
Es muy buena y tiene más
cargas de profundidad que toda la flota norteamericana. Es impactante,
contundente, y en ciertos momentos pudiera herir ciertas sensibilidades, pero
si no os importa la crítica sin contemplaciones, aunque no exenta de un
profundo mensaje, id a verla.
Son dibujos bastante
simples, en ciertos momentos parece una peli de Disney, pues cantan con
cualquier motivo. Al principio, hasta que la mordaz sátira va in crescendo,
parece una ñoñería.
El cine estaba lleno de
adolescentes y jóvenes-jóvenes, y yo, un joven en proceso de maduración (edad
< 40, ... bueno, 39), era el abuelete de la concurrencia. Los jovenzuelos no
paraban de risotear con escándalo todo lo que sucedía en la peli, que es muy
divertida, pero en ciertos momentos, la crítica era tan feroz y la peli tan
contundente que se hacía un gran silencio. En uno de ellos alguien dijo
"-¡qué pasada!", no con énfasis jocoso.
Besos y abrazos,
Don.
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