20130206

Las hadas de los matutinos

Martes, 27 de junio de 2006

¡Buenos días!

Otra mañanita veraniega que amaneció rasponcilla a la vera del Arlanzón, aunque a partir del mediodía atempere el clima hasta el ocaso solar ... y vuelta a las asperezas climáticas veraniegas tan propias de estos lares ... como lo son de estos matutinos las ninfas y hadas que por doquier se ven ... (yo, al menos, las veo).

No sé vosotros, pero yo, paradigmático descreído de todo lo que no percibo con mis sentidos, creo en las hadas ... ¡porque las veo! ... y muchas veces dudo de si pedirles tres deseos o de convertirlas a ellas en mi único deseo. Pensaréis que estoy desvariando, pero como se postula en el film que os glosaré en un rato, deberéis de saber que básicamente hay dos tipos de hadas: las gorditas con varita mágica que andan convirtiendo ratones y calabanzas en majestuosos corceles y carruajes, que no existen en la realidad; y esa clase de mujeres, normales, de las que andan por la calle y que cada día luchan por la gente que aman, apetitosas, adorables, tan reales ... ¡justo las que describo en mis ideales idearios matutinos casi cada mañana!

Pues bueno, la película que estuve ayer por la tarde viendo en el cine era "La educación de las hadas", de José Luis Cuerda, y con Ricardo Darín, Irene Jacob, Bebe (la cantante), y Víctor Valdivia. Empezó desconcertándome un poco, a pesar de las estupendas banda sonora y fotografía, y de la historia que fue cautivándome con fuerza a medida que avanzaba la trama. Otros dos pequeños detallitos que no me gustaron mucho fueron algunos muy breves instantes un pelín sensibleros y la elección del niño protagonista (pelín repelente para mi gusto), justo lo contrario del fabuloso niño protagonista de su muy espléndida y maravillosa anterior película, "La lengua de las mariposas" ... por cierto, dos hermosísimos títulos que por sí solos ya me hacieron ir a verlas. Pero a pesar de estos pequeños pesares, fue una maravillosa película que os recomiendo encarecidamente.

Historia de amor y desamor y sobre las hadas de carne y hueso que viven entre nosotros, basada en un relato de Didier van Cauwelaert, "La educación de un hada", que nos habla de los beneficios que un pequeño barniz de fantasía en nuestras vidas puede reportarnos de cara a sobrellevar los posibles reveses vitales. En realidad, no se ven hadas, la fantasía está en las conversaciones entre el padre adoptivo y su hijo ... y al final, también con el hada de carne y hueso.

Para terminar, si vais a ver la película, prestad atención a la letra de la maravillosa canción que se oye sobre los títulos de crédito del final, cantada, más bien susurrada por la sugerente voz de Bebe (deliciosa hada, como también la hermosísima Irene Jacob), sobre los acordes del tema principal de la banda sonora.

Ahora un poquito de sabiduría ajena con la que quizás adquiramos las herramientas necesarias para poder ver y tratar con las hadas que se describen en la película, comenzando por dos que os cité ayer y que me vienen como anillo al dedo (¿un mágico anillo de hadas?), pero todas muy, muy en relación con la historia que se narra en el film:

 - "Hay personas que nos hablan y ni las escuchamos; hay personas que nos hieren y no dejan cicatriz; pero hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre".  (Cecilia Meirelles).

 - "No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar".  (Albert Camus).

 - "La ternura entrañable hacia el niño es rasgo típico en los hombres muy viriles".  (Marañón).

 - "Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito".  (Proverbio chino).

 - "El hombre cultiva mil rosas y no halla en ellas lo que buscaba; y lo podría encontrar en una sola rosa".  (Antoine de Saint-Exupéry)

Cambiad rosa cultivada por hada educada y ...

Besos y abrazos,

Don.
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