20131006

Una oriental historia matutina

Jueves, 22 de julio de 2004

¡Buenos días!

Estaba esta mañana mirando al oriente desde mi cama, viendo como se elevaba el astro rey mientras me deslumbraba con su radiante poderío veraniego, y me maravillaba de no quedarme cegado, cuando me apercibí de que las somnolientas legañas impedían mi ceguera. Una vez orientado mi camino hacia el lavabo, y lavadas mis legañas, me maravillaba del esplendor veraniego de estos últimos días, verano cada vez más esplendoroso y ardoroso, aunque nunca tan agobiante como más al sur, donde ya deben (debéis) de estar cocidos en sus (vuestros) propios jugos.

Un buen sitio para librarse por un rato de estos ardores térmicos estivales es una sala refrigerada de cine, donde además podréis disfrutar de maravillosas películas, como fue mi caso ayer por la tarde. Estuve viendo la película australiana "Japanese story", en V.O.S., de Sue Brooks, y con Toni Collette y Gotaro Tsunashima. Este film arrasó en los últimos premios de la academia australiana de cine: mejor película, guión, directora, actriz, ... y a fe mía que lo mereció ... maravillosa, estupenda, deliciosa película ... y banda sonora, con varios temas de Ryuichi Sakamoto.

Nos cuenta la historia de una geóloga australiana y un alto ejecutivo japonés que por relaciones comerciales de sus respectivas empresas (una minera y una siderometalúrgica) se conocen en el profundo desierto australiano. Son diametralmente opuestos, no se comprenden, se desprecian (interiormente, que la cortesía impide mostrarlo), y acaban perdidos en el desierto en una situación de supervivencia, ... y acaban entendiéndose y teniendo una "historia". A raíz de ahí, una vez fuera de peligro, continúan viaje por el desierto , de placer y negocios (mucho más lo primero). Una loa al conocimiento del otro, del que desconocemos todo, ... pero con voluntad (y amor) todo se aprende y comprende. ¡Qué viva la empatía!

El final es "acongojante", tanto que no solo los congojos se me pusieron a la altura de las amígdalas, sino que además éstos fueron barridos por un caudaloso torrente lagrimal.

Pues ahora, un poco de sabiduría ajena que nos oriente un poco:

 - "Todas las felicidades se parecen, pero cada desgracia tiene una fisionomía especial".  (Tolstoi).

 - "Cumplamos la tarea de vivir de tal modo que cuando muramos incluso el de la funeraria lo sienta".  (Mark Twain).

 - "El mundo que me gusta es un mundo sin límites ni fronteras, donde no hubiera una sociedad de naciones, sino una sociedad de hermanos unidos".  (José Luis Sampedro).

Besos y abrazos sin límite,

Don.
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