Viernes, 3 de septiembre de
2004
¡Buenos días!
No sé a vosotros, pero a mi
me seducen más cada día estos matutinos. A cada día que pasa, a pesar de lo
aparentemente igual que sea a cualquier otro, me sorprenden seductoramente con
una cosa nueva. Y con la ribera y su clima (a pesar de su aspereza ocasional)
otro tanto de lo mismo.
Hoy otro delicioso día de
fin de verano, a pesar de los grises nubarrones que amenazan lluvia, rayos y
centellas, pues ahorita mismo por unos claros se nos cuelan unos celestes rayos
solares, y también a pesar de (o gracias a) la brisilla que sopla, que hoy es
arrobadoramente envolvente, acariciándonos con suavidad toda nuestra piel al
aire.
Ayer volví a dejarme seducir
por otra historia cinematográfica, por la producción canadiense (francófona)
"La gran seducción", de Jean-François Pouliot. Y
a fe mía que lo consiguió, pues a base de muy buen humor me enganchó de
principio a fin, gracias a las sonorosísimas carcajadotas que solté a lo largo
de casi todo el film. Comedia con cierto trasfondo de crítica social a las
reconversiones industriales ... quiero decir, pesqueras. Me encantó.
Nos cuenta el proceso
seductor de un pueblito de pescadores canadienses hacia un médico para que una
vez atraído se quede fijo en el pueblo y así pueda instalarse una pequeña
industria que dé trabajo a los hastiados habitantes que tan solo viven del
subsidio estatal por haber tenido que amarrar sus barcos a puerto. Es como si
el pueblo fuera el enamorado que trata de seducir a su amada (el doctor)
regalándole el gusto. Además, como buenos ex-pescadores, utilizan técnicas de
pesca para pescar al médico.
La película es tremendamente
socarrona, con unos personajes la mar de pintorescos. En cierto modo, tiene
parecido con la excepcional serie televisiva "Northern exposure" ...
es decir, con "Doctor en Alaska", tanto por la situación inicial como
por lo kafkiano de la mayoría de los personajes.
Pues ahora un poquito de
sabiduría ajena, a ver si conseguimos seducirla para que quede en nuestros
cerebros:
- "El amor tiene un carácter tan peculiar
que no se puede ocultar donde se halla, ni fingirle donde no se
halla". (Madame d'Espinay).
- "Y para esto, para gozar de este
aburrimiento precursor de nuevos y extraños estados de conciencia, no salgan al
campo con escopeta y perros, pues es cosa probada que el que necesita de la
caza para ir de campo es porque el campo mismo no le gusta, diga él lo que
quiera. Él que de veras ama la naturaleza, no ve las perdices en
ella". (Miguel de Unamuno).
- "Ya que tienes un maravilloso
despertador en el pecho que te dice más de dos mil veces cada hora que hay en
ti un espíritu vivo, no te acostumbres a desperdiciar los días en una irritante
dejadez y en el tedio de no hacer nada".
(Thomas Browne).
Besos y abrazos,
Don.
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