Miércoles, 28 de julio de
2004
¡Buenos días!
Pues no sé, no sé realmente
como estas deliciosas mañanas puedan violentarme y hacerme el más mínimo daño,
pero en fin, ya sabemos del mito de Jeckill y Hyde, y cualquiera de nosotros
podemos pasar del blanco al negro en cuestión de segundos, incluidos mis
adorables matutinos, con lo que en promedio todos debemos de tener cierto grado
de gris en nuestro ser. Pero ellos deben tener el lado negro de su corazón
mañanero bastante bien escondido y no muestran sus sombras, tal vez barridas
por la inmensa luminosidad de estos placenteros días de verano.
Ayer estuve viendo en el
cine "Kill Bill. Vol.2", de Quentin Tarantino, y
con Uma Thurman y David Carradine. Ya dije hace meses, cuando vi el Vol.1, que
la orgía sanguinolenta que mostraba, aunque fuera claramente irreal y de cine,
no me gustó. Y este Vol.2, aunque menos violento estuvo no gustándome durante
los capítulos 6 al 9 (los 5 primeros son del Vol.1). Pero el capítulo final dio
un giro radical y me encantó.
Por tanto, le sobraron los 9
anteriores a las dos semi-películas, según mi real entender. Pero el caso es
que no se comprendería ese último capítulo sin los anteriores, con lo que tal
vez con una única película con 10 capítulos, capítulos que no siguen orden
cronológico, más reducidos, salvo el último, hubiera sido un gran acierto.
Y me encantó ese capítulo
final porque se nos muestra que toda la película ha sido una especie de
sublimación a lo bestia (o bestialidad sublimada) de un conflicto de pareja, de
los normalitos, en el que todo se resuelve por lo tremendo (como en la
estupenda película de Danny de Vito "La guerra de los Rose", y con
Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny de Vito). Además, también, es todo un
homenaje al amor maternal (adorable la niña). Como siempre en las pelis de
Tarantino, especialmente en el último capítulo, los diálogos son chispeantes e
ingeniosos, amén de la banda sonora, que son siempre muy sugerentes (en este
vol.2 se incluye una estupendísima canción de Lole y Manuel). Por último, no os
vayáis hasta que hayan terminado todos los títulos de crédito pues, como sucede
a veces, hay pildoritas adicionales.
Pues asesinemos la ignorancia
con unas pocas citas de sabiduría ajena:
- "Nunca los celos dejan el entendimiento
libre para que se pueda juzgar las cosas como son: siempre miran los celosos
con anteojos de allende, que hacen las cosas pequeñas grandes, los enanos
gigantes, y las sospechas verdades".
(Miguel de Cervantes).
- "Don Quijote es un hombre de acción,
aunque se equivoque siempre. Hamlet es todo lo contrario, pues ante una
cuestión cualquiera la examina despacio para ver donde está lo bueno y lo malo,
lo justo y lo injusto, y el resultado es que no hace nada". (Pío Baroja).
- "Huir por vileza es vergüenza; evitar
un peligro es prudencia". (Giusti).
- "La buena salud no es más que la más
lenta de las formas de morir".
(Coluche).
- "Hazte viejo temprano, y vivirás
sano". (refrán).
Besos y abrazos,
Don.
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