Viernes, 3 de diciembre de
2004
¡Buenos días!
La mañana parece apenada,
como desde hace dos días, pues no cesa de llorar sus plomizas penas, pero si
espera un poco, tal vez mañana salga el sol que, junto con sus purgantes
llantos, hará brotar valiosos frutos. Por mi parte, me merece la pena
machacarme las yemas de los dedos contra el teclado para, como dije ayer,
intentar sobrellevar con bien los diversos avatares, y con valor enfrentarme a
ellos.
Otro modo para conseguir
esto, son mis habituales sesiones de cine. Ayer por la tarde estuve viendo
"Cosas que hacen que la vida valga la pena", de
Manuel Gómez Pereira, y con Ana Belén (como los buenos vinos, cada año que pasa
está mejor) y Eduard Fernández.
Muy buena película en
general, con algún desfallecimiento que otro, y bastantes momentos en los que
me enganchó con fuerza, por inteligente, ingeniosa y ligeramente caricaturesca
de nuestras realidades. Una comedia agridulce, con la que te ríes, aunque no te
ríes-ríes, sobre un hombre y una mujer maduritos, recién divorciados, bastante
deprimidillos y que tratan de solventar esto a base de alcohol y ansiolíticos,
respectivamente, ... hasta que se conocen. Relación a trompicones, como la
mayoría de las reales; y como decía de la película del anterior matutino,
historia de amor, de ese amor que se nos cuela por entre las rendijas más
inverosímiles; y de las dos almas solitarias que se necesitan la una a la otra
para encarar de otro modo la procelosa vida.
Me encantó, entre otras
cosas, por esa voz en off de los protagonistas en la que se materializan sus
pensamientos, casi siempre en contradicción con sus actos fingidos. También por
los numerosos apuntes estadísticos, especialmente al principio, ... cosas de
la deformación profesional. Y por la banda sonora, pues las letras de las
canciones tienen bastante que ver con lo que sucede en ese momento (se me
olvidó en el anterior matutino ensalzaros la también estupenda banda sonora de "Contra
la pared").
Ahora, un poquito de
sabiduría ajena con la que ayudarnos a tratar de solventar nuestras penas
vitales, habitual sección ésta que bien podría empezar hoy con la última cita
del anterior matutino, la de George Eliot:
- "La raíz de todas las pasiones es el
amor. De él nacen la tristeza, el gozo, la alegría y la
desesperación". (Lope de Vega).
- "Presencia de ánimo y valor en la
adversidad valen para conquistar el éxito más que un ejército". (John Dryden).
-" Es lamentable en el matrimonio que
cada uno de los dos tenga la esperanza de que sea únicamente el otro quien deba
hacerle feliz; de esta forma puede suceder muy fácilmente que los dos esperen
aislada e infelizmente". (Otilia
Wildermuth).
Besos y abrazos,
Don.
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