Jueves, 4 de noviembre de
2004
¡Buenos días!
Día perfectamente otoñal.
Palidecen los pasados verdores y transmutan en pálidos amarillos y apagados
ocres, con alguna que otra sangrienta y dolorosa herida en la cromática paleta
de las hojas; la bóveda celeste continúa plomiza y llora tímidamente de
melancólica tristeza. Explosión de luminosísimos amarillos, sobre un fondo de cálidos
y acogedores ocres, con pinceladas de ardorosamente ruborizados tonos rojizos
sobre un deliciosamente contrastado fondo de rescoldos verderones y difuminado
gris que realza perfecta y armoniosamente la efervescencia del foliar canto del
cisne otoñal, lo que hace derramar sutiles lagrimillas de alegría vital a la
bóveda celeste. Mismo paisaje, dos enfoques, solo es cuestión de perspectiva.
Con estas sensaciones,
levemente esquizofrénicas, entré y salí del cine. Ayer tarde estuve viendo
"Melinda y Melinda", de Woody Allen, y con Radha
Mitchell. Otra genialidad de Woody Allen que nos cuenta dos historias, una
desde el punto de vista trágico y la otra desde el cómico, construidas con casi
los mismos elementos básicos (situaciones y objetos) pero ordenadas de distinta
manera y con actores distintos (salvo quien hace de Melinda), y que se van
alternando a trocitos.
En conclusión, que tragedia
y comedia son lo mismo (como lo de las rayas de las cebras, eso de ¿son blancas
sobre fondo negro, o negras sobre fondo blanco?), tan solo es el enfoque que le
demos, como también lo son risa y llanto, verdad y mentira, cordura y locura,
... y tantos otros polos aparentemente opuestos (paradojas de la
bidimensionalidad). De hecho, en uno de los numerosísimos diálogos de reflexiva
sabiduría de la película de ayer, y que jalonan también todos sus otros films,
se dice:
- ... y lloré.
- Pero, ¿fueron lágrimas de tristeza o de
alegría?
- Da lo mismo, fueron lágrimas.
Bueno, pues casi sin
solución de continuidad, continúo con más sabiduría ajena, reiterando otro
aforismo de Woody Allen que os lancé hace poco:
- "El único amor duradero es el amor no
correspondido" (Woody Allen).
- "La verdad es poligonal. Nunca estoy
seguro de que la poseo hasta que me he contradicho cinco o seis
veces". (Dryden).
¡Ah!, que se me olvidaba,
anoche también vi, que la tenía grabada de ayer, del programa de Garci en TVE2
"¡Qué grande es el cine!", la maravillosa película japonesa de los
años 50 "La puerta del infierno" de Teinosuke
Kinugasa. Fabulosa historia, una especie de cuento moral sobre a donde puede
arrastrarnos una pasión amorosa desbocada ... ¡a conseguir justo lo contrario
de lo que pretendíamos! Un drama en toda regla, aderezado con unas preciosas y
deliciosas imágenes, pura delicatessen estética, y con esa parsimoniosa
sabiduría oriental que impregna la filmografía japonesa, aunque también la
china y la de otros países de extremo oriente.
Ahora sí, termino con las
citas de sabiduría ajena:
- "Todas las pasiones son buenas cuando
uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan". (Rousseau).
- "La moral levanta un tribunal más alto
y más terrible que el de las leyes; ella no se contenta con que podamos evitar
el mal, sino que quiere que hagamos el bien; no solamente que parezcamos
virtuosos, sino que lo seamos de verdad".
(Rivarol).
Besos y abrazos,
Don.
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