Jueves, 28 de octubre de
2004
¡Buenos días!
Se me hace difícil teclear,
tal vez debido al frío que se me ha colado desde el tuétano hasta la punta de
mis dedos, frío que se me infiltró por entre las rendijas textiles esta mañana
camino de la oficina debido al frío ventarrón que está soplando en Burgos. Frío
ventarrón que también dificulta la estabilidad nubosa, pues esta mañana
teníamos un cielo muy gris y ahora un cielo muy azul surcado por velocísimas
nubes de algodón, zarandeadas sin piedad por Eolo.
Pues sin ninguna dificultad,
que esto del cine es para mí un placer, me encaminé ayer tarde a la sala
cinematográfica a dejarme encandilar de nuevo por una buena historia. Y me
quedé encandilado con la película que ví, me encantó, me sorprendió. Se trató
de "Una mujer difícil" ("The door
in the floor"), de Tod Williams, y con Kim Basinger y Jeff
Bridges.
Estupenda historia de un
matrimonio maduro, roto por el fallecimiento en accidente de dos de sus hijos;
de la mujer, que quedó helada anímicamente por ello; y de un adolescente
descubriendo la vida y el sexo con una mujer madura. Esto último me hace recordar
otra estupenda película, "Verano del 42", de Robert Mulligan, quien
también dirigió "Matar a un ruiseñor", también estupenda.
Pero por lo demás esta
historia es distinta, tiene un grandísimo poso literario, pues está basada en
la primera parte de una novela de John Irving, y el personaje del marido es un
novelista y escritor de cuentos infantiles. Y los personajes, todos, están
ligeramente empapados de cierta extravagancia, cosa que me encantó y que dota a
este drama de buenísimas y gratificantes dosis de comedia. Además comprobé que
Kim Basinger, como los buenos vinos, va mejorando con el paso del tiempo. Está
estupenda (como mujer y actriz). Y la niña protagonista es adorable. Vamos, que
os recomiendo ésta y las otras dos películas que os he citado.
Pues para hacer más
llevadera, menos difícil, la comprensión de esta azarosa vida, ahí va un
poquito de sabiduría ajena:
- "Los hombres sabios no se entretienen
jamás en deplorar sus pérdidas, sino que buscan con ánimo alegre reparar los
golpes de la mala fortuna".
(William Shakespeare).
- "La puerta de la felicidad se abre
hacia adentro. Hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la
cierra cada vez más".
(Kierkegaard).
- "Nuestros escritores, en cuanto han
ganado algún dinero, aumentan su nivel de vida y quedan apresados. Tienen que
escribir para mantener su situación, sus esposas y demás, y escriben
vulgaridades. No son vulgaridades hechas a propósito, sino porque están hechas
apresuradamente". (Ernest
Hemingway).
- "En Egipto, a las bibliotecas, se las
denominaba 'tesoros de los remedios del alma'. En efecto, se curaban en ellas
la ignorancia, la más destructora y peligrosa de las enfermedades y que es
origen de todas las demás". (Jacques
Benigne Bossuet).
Besos y abrazos,
Don.
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