20130901

La importancia matutina de los aderezos

Viernes, 7 de enero de 2005

¡Buenos días!

Efectivamente, sí, en días como hoy es tremendamente importante aderezar el matutino con un equilibrado cóctel de especias para saborear con delicia la gelidísima mañana y mediodía que tenemos (no subimos más allá de -1ºC), perfectamente salseada con una buena niebla que difumina los sabores, quiero decir, las visiones de la siempre esplendorosa ribera del Arlanzón, que no sé si será por el frío, pero me parece que me sonríe insinuadora. Tantearemos el percal, a ver que pasa, a ver si se deja saborear.

Anteanoche, poco antes de que los Reyes Magos pasaran de largo por mi casa burgalesa, pues como fui muy bueno me dejaron mi regalo con antelación (el 30 de enero) mientras estaba en "los madriles", fui a ver la película greco-turca "Un toque de canela", de Tassos Boulmetis, y con George Corraface. Muy buena película, que por bastantes cosas me recordó a las estupendísimas novela y película mexicanas de "Como agua para chocolate", de Laura Esquivel y Alfonso Arau, respectivamente.

Muy bonita película que nos muestra lecciones de vida, de bien vivir, a través del tamiz de la gastronomía; de la importancia de una buena y equilibrada mezcla de ingredientes para que elementos tan dispares como los ingredientes de una comida encajen perfectamente en nuestros paladares, para lo que ayuda mucho un buen toque de diversas especias... y por extensión, de las implicaciones de esto en la buena convivencia entre distintos (griegos y turcos en el caso del film).

Ayer por la tarde, volví al cine, y estuve viendo "La importancia de llamarse Ernesto", de Oliver Parker, basada en la obra homónima de Oscar Wilde, y con Rupert Everett, Colin Firth, Frances O'Connor, y Reese Witherspoon. Buena película, donde lo mejor estuvo en la historia del genial Oscar Wilde, de profundo, dulce (a ratos, aparentemente cursi), ambiguo y demoledor sarcasmo, con el que solté unas cuantas carcajadotas (yo solo, pues parecía que el resto de la sala no cazaba las ironías); una severa crítica a la hipocresía social y a la desmedida importancia que da la sociedad a la apariencia, por encima de lo evidente.

Además de en general, nos habla muy acertada y aceradamente de la apariencia en las relaciones amorosas, de que muchas veces nos enamoramos por trivialidades, que es lo que desencadena nuestra pasión amorosa, y despreciamos los verdaderos valores del otro. En el caso de la historia, el hecho de que un hombre se llame Ernesto desencadena en las mujeres protagonistas una irrefrenable pasión amorosa hacia ellos, aunque ese no sea su verdadero nombre ... y luego viene el problema cuando la verdad se descubre.

Pues ahora un poquito de sabiduría ajena, un importantísimo aderezo, gracias al cual podremos saborear con mayor placer esta apasionante vida:

 - "Los solteros deberían pagar impuestos más altos; no es justo que algunos hombres sean más felices que otros".  (Oscar Wilde).

 - "No te cases por dinero. Cualquier usurero te dará un crédito más barato".  (Proverbio escocés).

 - "En la antigüedad, los sacrificios se hacían ante el altar ... Actualmente, esa costumbre perdura".  (Helen Rowland).

 - "El hombre enamorado no lo nota, pero con el tiempo se vuelve idiota".  (Anónimo).

 - "Los errores del hombre son especialmente los que le hacen digno de amor".  (Goethe).

Para rematar, ahí va lo verdaderamente importante, por encima de apariencias:

 - "Lo importante es no dejar de hacerse preguntas".  (Albert Einstein).

Besos y abrazos,

Don.
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