20121107

Seductoras visiones matutinas

Sábado, 26 de mayo de 2007

¡Buenos días!

Aquí, escondido tras los ventanales y cortinajes de mi despacho, veo la ribera como de encanto, embebida en la turbiedad provocada por la humedad consecuencia de las muy copiosas lluvias de toda esta semana y por el gris capote nuboso que aún perdura. Esto hace que, como en el más seco desierto, crea ver como las juguetonas hadas y ninfas ribereñas tratan de seducirme (y yo que conscientemente entro en su juego y me dejo) a base de cálidas y sinceras sonrisas, guiños, y cualesquiera otras estratagemas que desplieguen de su muy variado arsenal de seducción. Todo está en saber interpretarlas correctamente, que los entes masculinos solemos andar torpes por entre estos mundos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Una mujer invisible", de Gerardo Herrero, y con María Bouzas, Adolfo Fernández y Nuria Gago. De este director ya había visto dos películas que me parecieron estupendas, y que os recomiendo encarecidamente que veáis, "El principio de Arquímedes" y "Las razones de mis amigos" (ver sus correspondientes matutinos más abajo).

Buena película esta "Una mujer invisible", que comenzó con altibajos, momentos que no me agradaban demasiado con otros que sí, pero que fue asentándose conforme avanzaba la historia. Nos cuenta los avatares de una mujer madura de cuarenta y tantos años, recién separada, y que se considera invisible para el resto de los hombres. Para tratar de recuperar la confianza perdida se embarca en un juego muy serio, tratando de seducir a un compañero de trabajo, ligeramente machista, utilizando principios y consejos varios: del juego del ping-pong a través de su profesor de este deporte; y de la película "Las amistades peligrosas" de Stephen Frears, basada en la novela epistolar del s. XVIII de Pierre Choderlos de Laclos, en la que se nos relatan las aventuras de maquiavélica seducción de dos nobles de la época, a través de una actriz que representa una versión teatral de esta obra; respectivamente. En definitiva, un buen recetario de consejos del seducir consciente, y reflexiones sobre lo que nos llevamos por delante en los juegos y guerras del amor.

Pues para que los misterios del mundo dejen de sernos invisibles y se nos revelen más o menos veladamente, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "Nadie puede hacer que te sientas inferior sin tu consentimiento".  (Eleanor Roosvelt).

 - "Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla".  (Friedrich Hebbel).

 - "El tacto consiste en saber hasta donde se puede llegar demasiado lejos".  (Cocteau).

 - "Nuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad".  (Guy de Maupassant).

 - "La novedad atrae la atención y casi se podría decir que el respeto, aunque la costumbre los hace desaparecer pronto. Apenas nos dignamos mirar el arco iris si este permaneciese un largo tiempo en el horizonte".  (Berthold Auerbach).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino de fluidos
(Miércoles, 14 de abril de 2004)

¡Buenos días!

La mañana fluye con naturalidad provinciana. Las nubes no cesan de fluir en un incesante trasiego y apenas dejan entrever algún rayito de sol que otro. Y, por supuesto, el río Arlanzón; y también el río que nos lleva, el río de la vida. Desde mi pecera laboral parece que se ha detenido el tiempo aunque afuera todo transcurra con natural fluidez, y ya dudo de si deseo detener el tiempo para pensar o dejarme arrastrar por la corriente temporal. No lo sé muy bien.

Y en estas fluideces mentales andaba yo, cuando salí del cine de ver una buenísima y estupendísima película, que desde ya os recomiendo encarecidamente que vayáis a ver. Se trató de "El principio de Arquímedes", de Gerardo Herrero, y con Marta Belaustegui, Roberto Enríquez, Alberto Jiménez, y Blanca Oteyza.

Historia de dos amigas treintañeras (y de sus respectivos maridos) que desean lo que no tienen, desean lo que tiene la otra; y de que a veces es peligroso desearlo pues se corre el grave riesgo de que se cumpla el deseo. El guión es inteligente y está hecho con precisión cartesiana, bueno, "arquimediana".

El principio de Arquímedes, que empapa toda la historia, dice más o menos así: "Todo cuerpo sumergido en un fluido pierde parte de su peso, o sufre un empuje de abajo a arriba, igual al del volumen del líquido que desaloja". Por supuesto la historia va más allá del principio físico, y subyacen implicaciones metafísicas (personales, sociales, laborales, ...).

Además de lo ya comentado de desear lo que no se tiene, nos habla de trepas laborales, que desalojan tanta humanidad, en relación directamente proporcional, a la cantidad energía cinética necesaria para ascender, mayor cuanto más se sube. También del equilibrio en la solución de compromiso entre vida laboral y familiar, es decir, uno desaloja tanto fluido familiar como el necesario para flotar laboralmente. Y ya dejo de enumerar las variadísimas implicaciones metafísicas del principio de Arquímedes que nos deja entrever la película, que también están en relación con el amor, la amistad, y con casi cualquier otra faceta de nuestas vidas. Vamos, que os estoy invitando a que las descubráis vosotros mismos.

Pues para que en nuestro río vital no haya más atascos y atolladeros de los necesarios, y todo fluya con la mayor naturalidad, ahí van unas pildoritas de sabiduría ajena:

 - "Después de todo, el trabajo es todavía el mejor medio de escamotear la vida".  (Gustave Flaubert).

 - "Ningún medio para prosperar es más rápido que el de los errores ajenos".  (Francis Bacon).

 - "El día que las desgracias hayan aprendido el camino de tu casa, múdate".  (Palacio).

 - "Bien es el mal cuando viene sin venir acompañado".  (refrán).

 - "No te impacientes, que vendrá el tiempo de lo que tú has elegido, y poseerás la eternidad para vivirlo".  (Jean Charron).

 - "El matrimonio es al amor lo que el vinagre al vino. El tiempo hace que pierda su primer sabor".  (Lord Byron).

 - "Casarse por segunda vez ... es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia".  (Samuel Johnson).

 - "Amar la vida es amar el cambio, la corriente, el perpetuo movimiento. El vitalista no ha domesticado la vida con sus hábitos porque sabe que la vida es algo mucho más fuerte que uno mismo".  (Maite Larrauri).

Besos y abrazos,

Don.

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Vespertino de razones ferroviarias
(Lunes, 25 de noviembre de 2002)

¡Buenos días! ..... bueno, ya son tardes

Aunque algo agobiados laboralmente (no mucho tampoco) y con tendencia a la mejoría meteorológica, pues ya se van dejando entrever reconfortantes, aunque breves, momentos soleados, que se van abriendo camino esforzadamente entre la tupida capa de nubes.

Hoy perdí el tren matutino, motivo por el cual he cogido el vespertino, aunque, casi, casi, también lo pierdo y hubiera tenido que coger el último tren de los nocturninos. Pero con algo de agobio (también por esto) y prisas me he enganchado al primer tren de la tarde. Pero vosotros, amigos y amigas mías, sabréis disculparme la demora en la partida del tren de hoy.

Ayer estuve en el cine viendo una preciosa película hispano-uruguayo-argentina, "El último tren", de Diego Arsuaga, y con Federico Luppi, Héctor Alterio, y Pepe Soriano. Película realmente emotiva sobre unos encantadores viejetes con más ideales que mucha juventud de hoy día (¡el mundo al revés!), y con unas cuantas frases geniales, algo dificilillas de cazar debido al acentillo rioplatense. Además tenía una deliciosa banda sonora, a mitad de camino de melodías de tango sublimado y de música tipo "new age". Realmente recomendable y que ganó el premio del público y uno de interpretación de un actor (no recuerdo quien, qué más da, pues estaban muy bien todos) en la última Seminci (festival de cine de Valladolid).

Además, este fin de semana vi en la tele, en TVE2, otra buenísima película, que se me escapó en su día de las carteleras cinematográficas, "Las razones de mis amigos" de Gerardo Herrero, y con Marta Belaustegui, Sergi Calleja, Joel Joan, y Lola Dueñas. Inteligentísima y algo desconsolada historia de unos amigos treintañeros y de como su amistad se va difuminando con el tiempo y las circunstancias vitales de cada uno. La vida misma, que a veces es muy dura, pero tampoco es para tanto, que solemos ser más fuertes que ella.

Y para rematar, como siempre, unas cuantas sabias frases lapidarias:

 - "Uno más si que importa. Muere el día y algo vivo se apaga para siempre ..."  (Bernardo Cuesta Beltrán).

 - "La perspicacia de los hombres entendidos descubre con gran sagacidad lo siguiente: por las cosas claras, las oscuras; por las pequeñas, las grandes; por las próximas, las distantes; y por las parciales, la totalidad"  (Lucio Anneo Séneca).

 - "No es filósofo el que sabe las cosas, sino el que las hace; como no es rico el que sabe donde se encuentra el tesoro, sino el que trabaja y le saca; ni aún ése lo es del todo, sino el que después de poseido, usa bien de él"  (Francisco de Quevedo).

Besos y abrazos,

Don.
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