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Obsesivas cábalas matutinas

Martes, 8 de mayo de 2007

¡Buenos días!

Obsesiones, pocas y las justas; y cábalas, pues alguna de vez en cuando, como por ejemplo hace poco más de un mes, cuando en el matutino sobre la película "300", hacía algunas cábalas numéricas que otras. De lo que no cabe casi duda alguna es que a tenor del esplendoroso, cálido e insinuante día de primavera que hace hoy a la vera del Arlanzón, la única conjetura posible es que nos arrobaremos sin mesura con casi todo lo femenino que pase por nuestro lado y percibamos con cualesquiera de nuestros sentidos: sensualidad primaveral a flor de piel.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El número 23" ("The number 23"), número por el que siento particular simpatía, de Joel Schumacher, y con Jim Carrey, y Virginia Madsen. Película del montón, a pesar de su buena factura estético-técnica, sobre la obsesión del personaje principal con ese número y todas sus maquinaciones cabalísticas. Todo comienza con la lectura, por parte del anodino personaje principal, de un libro sobre el tema, y cual Quijote de seso sorbido por su lectura, cae en una obsesión de conjuras y sortilegios que le hace bajar a sus particulares infiernos del inconsciente. Película con muchos detalles tomados de la magistral "Memento" de Christopher Nolan (ésta os la recomiendo encarecidamente). La historia, sobre supersticiones baratas (que todas lo son), a pesar de algunos enredantes giros de guión y de la citada cuestión estética, es bastante anodina e insustancial, con sensación de muy vista.

Bueno, pues para andar lo más alejado posible de cualquier tentación obsesivo-cabalística, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "La ciencia es el antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición".  (Adam Smith).

 - "Un idealista es aquel que, al notar que una rosa huele mejor que una col, concluye que hará mejor sopa".  (Henry Louis Mencken).

Excepcional frase ésta, aplicable perfectamente a los supersticiosos, y que resume sus razonamientos, casi siempre, por no decir siempre, sin fundamento sólido alguno. Desde cierto punto de vista del conocimiento estadístico, a eso se le llamaría regresión espuria.

 - "La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia".  (A.B. Alcott).

 - "Solo una persona mediocre está siempre en su mejor momento".  (William Somerset Maugham).

 - "Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición".  (Gregorio Marañón).

Besos y abrazos,

Don.
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