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Matutino que adolece

Martes, 28 de febrero de 2006

¡Buenos días!

No sé si mi bienamada riberita adolece de algo, pero esta mañana yo adolezco de algo de frío, pues aunque el termómetro no marca muchos menos grados que durante la nívea semana pasada, ahora sopla un rasurante viento fuerte del norte, de esos que quitan el "sentío" y que taladran la más confortable de las vestimentas. Cosas de los adolecientes, no necesariamente adolescentes, que vamos oscilando en nuestras sensaciones y sentimientos al compás que dictan las estaciones. Intentaremos reconfortarnos mirando a través de los ventanales el radiante sol y los rescoldos de nieve que todavía engalanan a la hermosa y adorable ribera del Arlanzón.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo la coproducción hispano-italiana "Melissa P.", de Luca Guadagnino, y con María Valverde, basada en un relato autobiográfico de una real adolescente italiana, Melissa Pannarello, que ahora tendrá unas 20 ó 21 primaveras. Nos cuenta los avatares y tribulaciones de una chica de entre 15 y 16 años quien tras un desengaño amoroso inicia una huida hacia adelante en forma de irse sumergiendo en un mundo de depravación sexual.

En el fondo es un relato de la adolescencia, ese turbulento período vital donde no se tiene claro casi nada, todo son miedos, dudas, y confusión. En este caso el film se centra algo más en la cuestión sexual, con lo que es algo tórrido y morbosillo. Tuvo momentos que me gustaron, como el angelical rostro de María Valverde, el más bello del cine español del año pasado (recibió ese premio), o la buena fotografía; y otros muchos que no tanto.

Esta María Valverde debutó en una joya de película, "La flaqueza del bolchevique", de Manuel Martín Cuenca. Además, como actor secundario, interviene Nilo Mur, quien también debutó en otra joya, "Héctor", de Gracia Querejeta. Ambas, deliciosas películas, recomendabilísimas ... os adjunto las glosas que en su día escribí (ver más abajo).

Pues para quizás ayudarnos a sobrellevar nuestras adolescencias, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar".  (William Shakespeare).

 - "El joven busca la felicidad en lo imprevisto; el anciano, en el hábito".  (Courty).

 - "Si pudiese volver a la juventud, cometería todos aquellos errores de nuevo, solo que más temprano".  (Tallulah Bankhead).

 - "Los niños adivinan que personas los aman. Es un don natural que con el tiempo se pierde".  (Paul de Kock).

 - "En mi cartilla de notas de la escuela primaria, el maestro solía anotar en el apartado reservado a las observaciones que yo era muy introvertida. Por tanto, en clase no me atrevía nunca a levantar la mano".  (Ai Lijima).

 - "Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito".  (Proverbio chino).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino familiar
(Jueves, 13 de mayo de 2004)

¡Buenos días!

Parece que poco a poco, conforme avanzan los días, vamos teniendo un clima más familiar, más de acuerdo a lo que esperamos, que nos reconforte, cuide y mime en mayo, con lo que nuestras inseguridades, dudas y miedos vitales quedarán mitigados por ese entrañable calorcito familiar de éste en teoría florido mes. Gracias a ello nos enfrentaremos con renovadas energías a lo que esté por venir.

Y gracias a Gracia, a Gracia Querejeta, ayer vi en el cine un auténtico peliculón suyo, una maravilla, delicada, intimista. Os la recomiendo encarecidamente. Se trató de "Héctor", de Gracia Querejeta, y con Adriana Ozores y Nilo Mur (Héctor). Esta película acaba de ganar el primer premio del Festival de cine de Málaga, y Adriana (estupenda actriz y estupenda mujer) de ganar el de mejor interpretación femenina.

Ya me pareció otra maravilla su anterior película, "Cuando vuelvas a mi lado", que también trata asuntos parecidos, es decir, desde un punto de vista bastante intimista nos cuenta las relaciones familiares, de sus miedos, desencuentros y secretos; siempre a partir del fallecimiento de algún familiar. Pero "Héctor" me ha gustado todavía más, si cabe, que la anterior.

En ésta nos cuenta la historia de Héctor, un adolescente, que al morir su madre se va a vivir con sus tíos, a la vez que da señales de vida por primera vez en su vida su padre biológico. Difícil destacar algo de ella, pero amén del "acongojante" final, destacaría la escena en la que suena la canción (estupendísima, deliciosa y maravillosa canción) de "Miedo", de Pedro Guerra. Lo de "acongojante" es porque se me pusieron los "congojos" atorándome las amígdalas, ... vamos, ... que me chorrearon unas lagrimillas ... y no es una película sensiblera, que una de sus características esenciales es la contención. En definitiva, una película hecha de uno de los modos en como a mí me gusta, como a mí me entusiasma el cine.

Pues ahora un poquito de sabiduría ajena con la que complementar nuestras armas para enfrentarnos a los avatares vitales:

 - "La sangre noble es un accidente de la fortuna; las acciones nobles caracterizan al grande".  (G. Baretti).

 - "La casa es lo cotidiano, lo continuo, la serie indeterminada de minutos idénticos, en el aire habitual que los pulmones recogen y devuelven. Este ambiente doméstico emana de la madre y envuelve a la generación de los hijos".  (José Ortega y Gasset).

 - "Así como un deseo abyecto basta en ocasiones para perder a un hombre, un sentimiento decoroso puede salvarlo poniéndolo en comunicación íntima con el mundo moral y sirviendo de punto de apoyo para salir del abismo de la culpa".  (Concepción Arenal).

 - "No debemos de juzgar a los hombres a simple vista, como si se tratara de un cuadro o de una estatua; hay que indagar en el espíritu y en el corazón; el velo de la modestia oculta el mérito, y la máscara de la hipocresía esconde la maldad".  (Jean de la Bruyère).

Besos y abrazos,

Don.

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Flaquezas matutinas
(Miércoles 5 de noviembre de 2003)

¡Buenos días!

Como bien sabéis por estos matutinos, siento debilidad, flaqueza por la generosa hermosura de esta ribera del río Arlanzón burgalés, muy especialmente en estos días de sereno apogeo otoñal. Es tanta la belleza que destila que me deja inerme, sin fuerzas para otra cosa, con esa agradable sensación de abandono que producen las cosas bonitas, porque no tienes miedo de sufrir daño, pues lo bello, lo verdaderamente bello, es inofensivo, ya que en el momento en que no lo sea, en ese mismo instante dejará de ser hermoso ... hermosura que tal vez recupere una vez pasado el tiempo de maldad.

Y en este estado de ánimo, me animé a ver la película más apropiada, otro peliculón más que apuntarme a mis entendederas, "La flaqueza del bolchevique", de Manuel Martín Cuenca, basado en la novela homónima de Lorenzo Silva, creo, finalista del Premio Nadal de hace 6 años, y con Luis Tosar y una deliciosa y adorable jovencita llamada María Valverde. Ambos bordan sus papeles.

Estupenda, maravillosa película sobre un aburrido y asqueado yuppie, ejecutivo agresivo, un tanto "cabrón-hijoputa", y de una deliciosa adolescente con la cabeza muy bien amueblada, que se enamoran.

Pero la película va mucho más allá de esa probable relación morbosa, pues se trata de amor puro, casi platónico. Nos habla de "cabrones-hijoputas" con buen corazón, que con el amor se dulcifican, de "cabronas-hijoputas" (no es el caso de la hermosísima protagonista) que no miden las consecuencias de su rencor, pero transcendiendo de sexos y clases sociales. También nos habla de trepas y gente asqueada de esto, de "zombies" (como esos de que habla el correo que os acabo de enviar hace un rato), y de muchas otras cosas, muy sutilmente contadas, con tempo lento, con el estilo fílmico que a mí más me gusta.

Tiene una buenísima banda sonora, una curiosa mezcla de música tranquila y canciones heavy metal del grupo Extremoduro ... y una de las cosas que más me gustaron: los apabullantes paisajes otoñales de Madrid. Tal vez sea el enfoque de la cámara, tal vez mi enfoque mental (la ribera del Arlanzón ayuda lo suyo), pero el caso es que redescubrí la belleza de mi pueblo natal, con unos ensoñadores parques y jardines, muy especialmente mi bienamado Parque del Retiro, por el que retozaba en mi adolescencia y primera juventud. Os la recomiendo vivamente.

Y un poco de sabiduría ajena con la que terminar de aderezar este matutino, a modo de tónico reconfortante o, mejor, medicina homeopática con la que aliviar un poco nuestras debilidades, como las de "Bolchevique", el protagonista del film:

 - "La razón se hace adulta y vieja; el corazón permanece siempre niño".  (Ippolito Nievo).

 - "Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas: ¿Qué valdría la vida?".  (Jacinto Benavente).

 - "Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz".  (Henry F. Amiel).

 - "No reside el arte en seducir a una muchacha, sino encontrar a una digna de ser seducida".  (Kierkegaard).

 - "La felicidad escucha mal las amonestaciones de la prudencia; es demasiado ciega y arrogante para ver los precipicios bajo las flores que alfombran su camino. Ella posee la sabiduría de gozar y desprecia todas las demás".  (Concepción Arenal).

 - "El amor no quiere ser agradecido ni quiere ser compadecido. El amor quiere ser amado porque sí y no por razón alguna, por muy noble que ésta sea".  (Miguel de Unamuno).

 - "Vivid intensamente la vida, no dejéis pasar un instante sin decir: el momento ha sido mío, he saboreado toda su dicha, he bebido hasta la última gota de su bálsamo. El tiempo es veloz, es todavía más veloz que la suerte".  (Karl Theodor Körner).

Besos y abrazos,

Don.
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