20141002

Wondermatutino poco prodigioso

Viernes, 27 de octubre de 2000

¡Buenos días!

Y volvió a salir el sol y a iluminarnos con su revitalizante energía, pese al nebuloso y tenue velo que pugna por abrazar a Lorenzo. Aunque hoy Lorenzo prefiere abrazar a Catalina (es luna nueva) y, como en la maravillosa película "Lady Halcón" (con Michelle Pfeiffer y Rutger Hauer), será flor de un día (en la peli eran unos segundillos), pues en cuanto la luna deje de ser nueva, ya no coincidirán en el tiempo y en el celestial firmamento Lorenzo y Catalina ... pero si esperamos algo menos de un mes volveremos a ver repetido el encuentro.

Ayer fui al cine a ver "Jóvenes prodigiosos" ("Wonder boys") de Curtis Hanson y con Michael Douglas, Tobey McGuire y Frances McDormand. Si hubiera sido solo por el título (pésima traducción, pues suena a peli de gamberretes adolescentes yankis) no la hubiese visto. Pero era de Curtis Hanson, director también de una de las mejores películas que he visto en mi vida: "L.A. Confidential".

Sin parecerse aparentemente en nada, pero me recordó, no sé por qué, a "American Beauty" (mucho mejor que "Jóvenes prodigiosos"). No creo que fuera porque Tobey McGuire también salía, haciendo el papel del traficante de drogas e hijo del nazi. En esta también hace un papel de tío algo raro.

Está muy bien, pero comparada con "L.A. Confidential" ... pues que no es lo mismo. Es muy ingeniosa y original en ciertos momentos, con pasajes de buena diversión, y tiene constantes giros argumentales que sorprenden a cada rato. En muchos momentos es casi kafkiana.

Para terminar decir que es una especie de alegato pro-literario, que critica el hecho de que la sociedad, en su mayoría, no lee lo suficiente (bueno, prácticamente nada). Es especialmente significativa al respecto la escena con que arranca la peli, en una clase universitaria de literatura, dónde la mayoría de los alumnos (supuestamente interesados en el tema) no entienden nada y se mofan de lo que escribe otro de ellos (Tobey McGuire), con un talento natural para esto del escribir.

Al hilo de esto, os reitero el pensamiento de Ruskin que os lancé hace tres días:

 - "Hablamos del alimento para nuestra alma, igual que del alimento corporal. Pues bien, un excelente libro contiene, sin extinguirse nunca, ese alimento; es una provisión para toda la existencia, y para la mejor parte de nosotros".

Besos y abrazos,

Don.
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