20141001

Matutino de soleados anhelos

Lunes, 15 de enero de 2001

¡Buenos días!

Así como este fin de semana en Madrid ha comenzado a hacer unos deliciosos días de soleado y suave invierno; aquí, a la vera del Arlanzón seguimos con grises y tristones días, cual si estuviéramos colgados de la cornisa cantábrica, con sus casi inagotables días de densas nubes escurriendo, con dificultad, por los celestes cauces.

No sabéis lo que he agradecido este fin de semana los tibios y susurrantes rayos de sol sobre mi enmohecida piel, de tanto ser regada por inagotables días de lluvia. A veces añoro esos días de playa, sesteando a la sombra (que el sol por entonces castiga sin pudor), reconfortado por el suave calor de un verano poco aguerrido (lo que debe de estar sucediendo ahorita mismo en las Canarias). El caso es que soy poco playero, pero tras tantos días sin mi ración diaria de energía pura, sin intermediarios, de esa que el sol nos da gratis (o no tanto), termino por anhelarla (si os fijáis, jugando con la palabra, parece la antítesis del frío).

Pues ayer estuve viendo "Nacional 7", película francesa que gano el premio del público en el pasado Festival de Cine de San Sebastián. Me gustó, básicamente por lo último que vengo resaltando de las pelis, por su crítica social a la hipocresía y al papanatismo. Está basada en un caso real, y el tema es poco corriente, la vida de varios personajes en una residencia de minusválidos, y parece que vas a sufrir viéndola, pero el tema de la peli y la crítica se suavizan con el bálsamo de la comedia, que casi ayuda a hacer más aceradas las críticas. También viene a decirnos que todos, válidos y minusválidos, necesitamos de la comprensión, del amor, ... y del sexo: tema este último que es parte esencial de la trama.

Pues dado que me volví a extender mucho, y estamos todavía en el adormeciente y adormecido lunes, hoy obvio las citas ajenas.

Besos y abrazos,

Don.
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