Miércoles, 13 de septiembre
de 2000
¡Buenos días!
Tras un inicio de mañana en
el que veía las nubes por debajo de mi vista desde el 10º piso en el que vivo,
pues eran nubes de niebla, en otra singular batalla (como sigamos así se
convertirán en plurales batallas) el sol ha vuelto a vencer en su pugna diaria
por hacerse un huequito en la bóveda celeste diurna. Esperemos que esta noche
las nubes no entorpezcan la inmensa luna llena que aparecerá por el horizonte,
mirando al este, a eso de las 22:00. A ver si hay suerte, y se nos presenta
como un gran disco anaranjado en su nacimiento, se va convirtiendo en
amarillento y termina en radiante y blanca luminosidad, a la par que va
menguando aparentemente su tamaño mientras se va elevando sobre el horizonte.
¡Qué paradoja!, menguar (aparentemente) a la par que se crece sobre el
horizonte.
El título matutino es debido
a que ayer fui a ver "San Bernardo", película
española de un director novato, Juan Potau, y de actores prácticamente
desconocidos. No caí en la cuenta de que había Champions League y cuando
comenzó la sesión estaba solo (aunque cuando acabó había una pareja allí). Debí
de "joderle" al operador de cámara, que ya se debía de estar
relamiendo por no trabajar esa sesión y poder ver el partido.
La peli, muy original. Trata
de un broker bursátil, que deja su trabajo para dedicarse en cuerpo y alma (y
nunca mejor dicho) a ayudar a los demás, ... pero fracasa o no le aceptan en
casi ninguna ONG de ayuda humanitaria, ... hasta que se monta la suya, bastante
"sui generis". Lo del título de la peli tiene que ver con la
pesadilla recurrente que tiene. El final (el último tercio de la película) va
mostrando un largo y algo sorprendente desenlace. En ella se critica
benevolentemente el mundillo de la ayuda humanitaria, pues a veces, al intentar
ayudar podemos "romper" algo sin querer, y que es imposible ayudar a
todo el mundo si no nos ayudamos también a nosotros mismos (en un cursillo de
salvamento y socorrismo que hice, el "doc" nos decía: "en un
accidente de tráfico, antes de empezar cualquier tarea de reanimación, asegurad
la zona, pues ¿cómo vais a ayudar al moribundo si os atropellan a vosotros
también?").
Además, el "flim"
está ambientado en Madrid, en lugares que me son muy familiares: el entorno de
la oficina de Madrid donde trabajaba, la zona de Atocha (donde vivía), ... Uno
de los lugares que salen es el Museo del Jamón, bar que está al principio de la
calle de San Bernardo (nueva recurrencia al título del "flim"),
esquina Gran Vía, al lado de mi ex-oficina en Madrid, lugar en el que he estado
bastantes veces y en el que dos de los "protas" visitan dos veces y
hacen una loa del jamón serrano en general, y como quitapenas en particular
(cual si fuera chocolate).
Bueno, pues tras estas
postreras frases, me despido hasta la próxima.
Besos y abrazos,
Don.
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