Lunes, 30 de octubre de 2000
¡Buenos días!
Parece ser que los plácidos
días otoñales han pasado, y hoy tenemos un brusco descenso térmico con nubes y
un ventarrón de lo más desazonante. Las nubes no hacen un negro día, pero si
bastante gris. El ventarrón está desmochando los árboles que más tiempo
llevaban tintados de amarillos y ocres, y el suelo empieza a estar tapizado de
una crujiente y muy agradablemente olorosa alfombra de danzantes hojas al
viento. Sin embargo, me hace sentir más confortable el CD de Nino Bravo que
estoy escuchando, con sus dulcemente melancólicas canciones.
Pues ayer fui a ver un ¡ p e l i c u l ó n ! , "Bailar
en la oscuridad" ("Dancing in the dark"), de Lars
von Trier y con Bjork y Catherine Deneuve. Palma de Oro en el festival de
Cannes para el peliculón, y también Palma para la interpretación de Bjork
(famosa cantante pop esquimal-islandesa).
No es desde luego una
película para el gran público, pero sería muy deseable que todo el mundo la
viese. La peli tiene el aspecto formal de estar rodada por un videoaficionado,
con unos movimientos de cámara de principiante, pero esto solo sucede cuando se
desarrollan los hechos de los personajes. Sin embargo cuando el personaje
principal (el que hace Bjork) tiene sus ensoñaciones musicales es normal,
bueno, las escenas musicales son una delicia estética. Es una peli "semi-
musical", pues tiene números de cantar y bailar (aunque no tantos como en
un musical standard). Yo nunca he sido un fan de los musicales, salvo tal vez
las pelis de Gene Kelly, pues como dicen en la propia peli no comprendo como se
ponen a cantar y bailar con cualquier motivo, pero aquí si que hay un motivo
fundamental (vedla, insisto, es bueníiiiiiiiisima). Esta dicotomía entre
realidad (de la peli) y las ensoñaciones, en cuanto a la forma de rodar las
escenas, tiene la explicación de mostrar palpablemente la diferencia entre la
cruda realidad y lo bonito de los sueños aderezados por una preciosa y bastante
innovadora música.
Por otra parte, la película
es duríiiiiiiiiisima, como un "knock out" a nuestras conciencias, y
es un alegato contra ... contra tantas cosas que es mejor que la veáis y lo
percibáis vosotros mismos. Pero no penséis que verla es un potro de tortura
para nuestras emociones, que lo es en muchos momentos, pues también tiene
momentos para la esperanza (amarga ella muchas veces) y los buenos
sentimientos, ... ¡en fin, como la vida misma! Si os sirve de guía, os diré que
en muchos momentos estuve "acongojado", al borde del lagrimón, pero
no penséis en sensiblerías, es tan solo la dura y contundente realidad que
muestra la peli. Después de verla, tal vez, no os den ya miedo ni las
reposiciones "exorcizantes", ni otras "de miedo", pues
éstas son solo fantasía y "Dancing in the dark" muestra en parte la
tenebrosa realidad.
La peli es sueca
(coproducción europea financiada por la UE), con actores de varias
nacionalidades (muchos americanos) y se desarrolla en los años 40-50 en la
miserable América profunda. Los números musicales son excelentes y originales y
la banda sonora pues lo mismo, pues acompaña las coreografías.
Una última recomendación,
que a mi me dieron tarde, pues ya vi la peli, y es que cojáis de las últimas
filas del cine para evitar posibles mareos por eso del estilo videoaficionado
(yo no me mareé nada, y estuve en la fila 7).
Besos y abrazos,
Don.
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