Miércoles, 13 de febrero de
2002
¡Buenos días!
Otro tremendamente radiante
día soleado a la vera del Arlanzón, en el que se barruntan, ya cada vez con
mayor claridad, primaverales sensaciones, no solo climáticas, aunque la flora
todavía dormita cual oso pardo. ¿Seré una tempranera hierbecilla, o un
descolocado oso ... ¿cuanto más feo más ... ?
Pues eso, tremendo espíritu
vitalista el que me infunden estos vivificantes rayos solares que traspasan el
cristal de mis ventanales, acrecentado por la placentera audición de la canción
"Gente" de Presuntos Implicados, que estoy escuchando en estos
momentos, que me hace reconciliarme con el mundo, que todos somos buenos y
bellos, y como dicen en la canción susurrando con la aterciopelada voz de Sole
Giménez: "hay ángeles entre
nosotros", para explicar la cantidad de gente buena que nos rodea.
Y ayer estuve viendo en el
Teatro Principal de Burgos a Pepín TRE, al que ya vi hace
dos años allí mismo. TREmenda verborrea, disparatada y divertida, entre canción
y canción (solo cantó cinco, muy buenas y de los más diversos estilos, tal como
boleros, pop-rock, ...). Era un concierto del revés, donde las breves canciones
eran el epílogo de larguísimas y disparatadas presentaciones (el espectáculo
duró casi dos horas con los bises). Muy bueno, el espectáculo y su cante.
Pues para hoy, como casi
siempre, terminaremos con otra sabiduría ajena:
- "El que en viniendo al fin de su deseo,
y en alcanzando la voluntad del que ama, se entibia y desfallece, no tiene
perfecto amor; que el excelente y verdadero, de allí crece hasta conseguir a su
más elevado y perfecto grado" (Fray
Luis de León).
Besos y abrazos,
Don.
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