Jueves, 14 de febrero de
2002
¡Buenos días!
Gran bajón térmico con
desazonante brisilla burgalesa. Y gran bajón y desazón censal (conflictos
laborales conmigo mismo), que a Dios gracias solo ha durado un día, ayer, en el
que más que andar, reptaba por los pasillos. Tal bajón tuve, que fui incapaz de
resistirme a un reparador, tardío y tardón siestón ("amanecí" a eso
de las 20:20).
Y tal vez para completar mi
recuperación anímica, a modo de medicina homeopática, me fui anoche a ver un
desazonante film, "En tierra de nadie",
premiadísima película bosnia, y una de las 5 candidatas a la mejor peli
extranjera para los Óscar. Realmente buena, muy buena.
De las cinco candidatas ya
he visto tres, ésta (bosnia), "Amelie" (francesa), y "El hijo de
la novia" (argentina), a cada cual mejor, y como me pasó con las 5
candidatas del año pasado, están entre lo mejorcito de lo que he visto
últimamente.
La peli, bastante dura, va
obviamente de la contienda yugoslava, pero además de una historia que podría
ser real es una especie de parábola de cualquier conflicto, sea este armado o
de cualquier otro tipo, llena de simbolismos, y que da estopa a diestro y a
siniestro, no dejando un solo títere con cabeza, incluida una autocrítica a
ellos mismos.
Y las dos frases ajenas de
hoy, están muy al hilo del tema de la peli y de los conflictos laborales,
bélicos, y de cualquier tipo:
- "Nos reconciliaron; nos abrazamos, y
desde entonces somos enemigos mortales"
(Lesage).
Igual que dos no se pelean
si uno no quiere, dos no se reconcilian si uno no quiere, por mucho que los
mediadores hagan por ellos.
- "Si observas un problema muy de cerca,
... formarás parte de él" (una de
las leyes de Murphy).
Besos y abrazos,
Don.
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