Lunes, 4 de marzo de 2002
¡Buenos días!
Cálido manto de nubes, que
nos acaricia la piel con su llanto. Esperaba tiritar de emoción, digo de frío,
por las nevadas sin cuajar, pero el nuboso y sedoso mantón me lo impide.
Además, si hubiese hecho tanto frío como para cuajar la nieve, el blanco y
níveo manto se hubiese encargado de consolarme, cual segundo amor, de mis
térmicas penas ... y de cualesquiera otras que rondaran por mi destemplada
alma.
Ayer noche estuve en el cine
viendo "Intimidad" de Patrice Cherau, que ganó
el Oso de Oro en el Festival de Berlín de 2001 (no el que acaba de terminar,
sino el anterior), y una de sus actrices de reparto, el Oso de Plata a la mejor
interpretación.
Muy buena película, nada
fácil y además algo sórdida (en sus ambientes y algunos de sus personajes), que
va del sexo y del amor. Del puro sexo, simple y sin complicaciones, y de los
tortuosos y destemplados (a veces) caminos del amor, y de cualquier otro tipo
de relación humana. Bueno, en realidad, a partir del sexo se nos empieza a
complicar la existencia, pues se quiere más (amor, compromiso, ... al revés de
lo que muchos piensan ... ¡so mojigatos! ... ). Se empieza dando todo sin
contraprestaciones y poco a poco se va exigiendo más y más. La vida misma.
Pues las frases de sabiduría
ajena para hoy, en cierta relación con la peli que acabo de glosar, son:
- "Más fácil es hallar la fortuna que
detenerla, como más fácil es ganar lo ajeno que conservarlo" (Quevedo).
- "La mayor parte de los hombres emplean
la primera parte de su existencia en hacer miserable la otra mitad" (La Bruyère).
Besos y abrazos,
Don.
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