Miércoles, 5 de marzo de
2003
¡Buenos días!
No sé si estamos en
primavera, invierno u otoño, pues parece que estos días tenemos un clima
primaveral, con solecito y temperaturas muy, pero que muy agradables; sin
embargo, según el calendario, estamos en invierno, aunque ya queda poquísimo
para el equinoccio de primavera y su luna llena adyacente. Además, a modo de
sincretismo estacional, me siento otoñal, con una extraña melancolía, a medio
camino del frenesí primaveral y del adormecimiento invernal. Es como si la
cuarta dimensión que dicen que es el tiempo estuviera perturbada por algún
extraño mecanismo, ... tal vez ... mi psique ... en definitiva, ... yo mismo.
Y ayer volví a ir al cine, y
vi una hermosa y estupendísima película, "Las horas",
de Stephen Daldry, y con Nicole Kidman (irreconocible), Julianne Moore, y Meryl
Streep. Nos cuenta la historia de tres mujeres en tres épocas distintas: los
años 20, los 50, y hoy en día, respectivamente. La primera es la escritora
Virginia Woolf, y las otras, mujeres normales que encajan en el mundo de
Virginia Woolf. Son tres historias sin aparente conexión, pero perfectamente
acompasadas y sutilmente entrelazadas.
Nos habla de la vida y sus
avatares, pero solo de unas pocas horas de un solo día de la vida de estas tres
mujeres, que es como decir de toda una vida de cualquiera de nosotros mismos.
Es muy sutil y compleja, tremendamente inteligente y hermosamente
descorazonadora. También nos habla de lo tortuoso del proceso creativo, de la
poco clara barrera entre genio, locura y cordura; de la difusa barrera entre
realidad y ficción, ... y de tantas otras cosas ... ¡id a verla! ... aunque
salgáis meditabundos y algo apesadumbrados del cine, pero como bálsamo siempre
os podréis aplicar esta bellísima frase de Federico Fellini:
- "No existe un principio, no existe un
final; solamente existe una infinita pasión por la vida". (Federico Fellini).
Y continúo con otra frase de
sabiduría ajena, que encaja muy bien con cierta parte del espíritu de esta
película:
- "Escribo solo para matar las tardes,
por no ponerme a deshacer las maletas, por no arrastrarme por las estaciones,
por no andar como el rey de los cobardes, mustio, con un ramito de violetas, en
el sepelio de las decepciones".
(Joaquín Sabina).
Amén.
¡Casi se me olvida! ... el
deciros que la banda sonora de la película, de Philip Glass, es magnífica. Una
delicia.
Besos y abrazos,
Don.
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