Jueves, 22 de enero de 2004
¡Buenos días!
Pues no sé yo si esto de
desnudarse será muy apropiado hoy, pues hace un día bastante desagradable
térmicamente (esta mañana -1ºC y ahora unos 2ºC), con una neblina que no nos
deja, ni deja al tibio sol de invierno que nos caliente algo. Desde luego, los
que si están totalmente desnudos plantando cara al invierno son los árboles de
la ribera del Arlanzón, aunque sus ramas, rozando unas con otras, como
calentándose entre ellas, dan un precioso tono cárdeno al paisaje.
Y dado que yo no estoy hoy
para desnudos, a pesar de mi muy buena resistencia a las inclemencias
climáticas, me fui ayer al cine a ver la película "Las chicas del
calendario", de Nigel Cole, y con Helen Mirren y un montón de
chicas más. Agradable comedia con la que pasé un rato entretenido, que nos
cuenta la historia, basada en un hecho real, de unas señoras cincuentonas que,
por una buena causa, deciden hacer un calendario en que figuren sus cuerpos
desnudos.
Y para conseguir un poquito
de calor anímico ahí va una racioncita de sabiduría ajena que además nos arrope
ante las inclemencias vitales:
- "La juventud es el paraíso de la vida:
la alegría es la juventud eterna del ánimo". (I. Nievo).
- "Las cualidades naturales permanecen en
los viejos con tal de que permanezca también el interés y la actividad. ... La
memoria disminuye, estoy de acuerdo, si no la ejercitas, o también si eres
tardo por naturaleza". (Marco Tulio
Cicerón).
- "Los ancianos moderados, no exigentes y
de buen carácter, pasan una vejez tolerable; en cambio el fastidio y el mal
carácter resultan molestos a cualquier edad". (Marco Tulio Cicerón).
- "Hay que escuchar a la cabeza, pero
dejar hablar al corazón".
(Marguerite Yourcenar).
Besos y abrazos,
Don.
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