20140105

Flaquezas matutinas

Miércoles, 5 de noviembre de 2003

¡Buenos días!

Como bien sabéis por estos matutinos, siento debilidad, flaqueza por la generosa hermosura de esta ribera del río Arlanzón burgalés, muy especialmente en estos días de sereno apogeo otoñal. Es tanta la belleza que destila que me deja inerme, sin fuerzas para otra cosa, con esa agradable sensación de abandono que producen las cosas bonitas, porque no tienes miedo de sufrir daño, pues lo bello, lo verdaderamente bello, es inofensivo, ya que en el momento en que no lo sea, en ese mismo instante dejará de ser hermoso ... hermosura que tal vez recupere una vez pasado el tiempo de maldad.

Y en este estado de ánimo, me animé a ver la película más apropiada, otro peliculón más que apuntarme a mis entendederas, "La flaqueza del bolchevique", de Manuel Martín Cuenca, basado en la novela homónima de Lorenzo Silva, creo, finalista del Premio Nadal de hace 6 años, y con Luis Tosar y una deliciosa y adorable jovencita llamada María Valverde. Ambos bordan sus papeles.

Estupenda, maravillosa película sobre un aburrido y asqueado yuppie, ejecutivo agresivo, un tanto "cabrón-hijoputa", y de una deliciosa adolescente con la cabeza muy bien amueblada, que se enamoran.

Pero la película va mucho más allá de esa probable relación morbosa, pues se trata de amor puro, casi platónico. Nos habla de "cabrones-hijoputas" con buen corazón, que con el amor se dulcifican, de "cabronas-hijoputas" (no es el caso de la hermosísima protagonista) que no miden las consecuencias de su rencor, pero transcendiendo de sexos y clases sociales. También nos habla de trepas y gente asqueada de esto, de "zombies" (como esos de que habla el correo que os acabo de enviar hace un rato), y de muchas otras cosas, muy sutilmente contadas, con tempo lento, con el estilo fílmico que a mí más me gusta.

Tiene una buenísima banda sonora, una curiosa mezcla de música tranquila y canciones heavy metal del grupo Extremoduro ... y una de las cosas que más me gustaron: los apabullantes paisajes otoñales de Madrid. Tal vez sea el enfoque de la cámara, tal vez mi enfoque mental (la ribera del Arlanzón ayuda lo suyo), pero el caso es que redescubrí la belleza de mi pueblo natal, con unos ensoñadores parques y jardines, muy especialmente mi bien amado Parque del Retiro, por el que retozaba en mi adolescencia y primera juventud. Os la recomiendo vivamente.

Y un poco de sabiduría ajena con la que terminar de aderezar este matutino, a modo de tónico reconfortante o, mejor, medicina homeopática con la que aliviar un poco nuestras debilidades, como las de "Bolchevique", el protagonista del film:

 - "La razón se hace adulta y vieja; el corazón permanece siempre niño".  (Ippolito Nievo).

 - "Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas: ¿Qué valdría la vida?".  (Jacinto Benavente).

 - "Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz".  (Henry F. Amiel).

 - "No reside el arte en seducir a una muchacha, sino encontrar a una digna de ser seducida".  (Kierkegaard).

 - "La felicidad escucha mal las amonestaciones de la prudencia; es demasiado ciega y arrogante para ver los precipicios bajo las flores que alfombran su camino. Ella posee la sabiduría de gozar y desprecia todas las demás".  (Concepción Arenal).

 - "El amor no quiere ser agradecido ni quiere ser compadecido. El amor quiere ser amado porque sí y no por razón alguna, por muy noble que ésta sea".  (Miguel de Unamuno).

 - "Vivid intensamente la vida, no dejéis pasar un instante sin decir: el momento ha sido mío, he saboreado toda su dicha, he bebido hasta la última gota de su bálsamo. El tiempo es veloz, es todavía más veloz que la suerte".  (Karl Theodor Körner).

Besos y abrazos,

Don.
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