20130304

Arcadas matutinas

Miércoles, 10 de mayo de 2006

¡Buenos días!

No, obviamente no, no me estoy refiriendo a las consecuencias que suelen darse cuando se sienten náuseas, que me encuentro estupendamente, y la ribera también, en este día de paradigmática primavera, en el que ya casi rondamos los 20ºC, con un sol radiante describiendo su diario arco sobre la bóveda celeste, arco que también se ve si relajas la vista en el ligeramente combado horizonte, o el irisado que se vería si cayera hoy un improbable chaparrón de primavera.

Ayer por la noche estuve en el cine viendo el film coreano "El arco" ("Hwal"), de Kim Ki Duk. Tercera película que veo de este director, tras "Primavera, verano, otoño, invierno, y ... primavera", y la deliciosa, maravillosa y excepcional "Hierro 3".

En "El arco", nos cuenta una historia de posesión y tensión afectivas, tensión como la que se da en la cuerda de un arco, que tanto puede servir para disparar una flecha letal como para producir excelsa música en un instrumento de cuerda. Extraña película, como todas las de este director, muy bellas, parsimoniosas, como de espiritualidad zen, alegóricas y simbólicas, prácticamente mudas, de personajes que casi parecen autistas (los personajes principales no suelen hablar, tan solo los secundarios).

Este director siempre camina por el estrechísimo filo que delimita lo sublime y lo patético. En "Hierro 3" me pareció absolutamente sublime, y en "El arco", sin parecerme patético, en muchos momentos, especialmente el desenlace (que no me gustó nada), se acercó a ello; el caso es que en varios otros sí que me cautivó, pero fueron intermitentes. La banda sonora es estupenda. Más abajo os añado los matutinos que escribí en su día al respecto de las dos anteriores películas que vi de este director.

Pues quizás para evitarnos alguna angustia vital que otra, con sus respectivas arcadas, no nos vendría nada mal un poco del bálsamo de la sabiduría ajena:

 - "Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación".  (Proverbio árabe).

 - "Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida solo se consigue arriesgando a veces lo que más se ama".  (André Gidé).

 - "Amar sin padecer, no puede ser".  (refrán).

 - "Los que poseen algo, temerosos de perderlo, en continua zozobra, son más desdichados que los que nada poseen".  (Anatole France).

Besos y abrazos,

Don.

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Férreo matutino
(Martes, 24 de mayo de 2005)

¡Buenos días!

Con tenacidad el sol se ha instalado en la ribera del Arlanzón y parece no querer desaferrarse, pues sus rayos nos abrazan con dureza y dulzura a la vez. Días plácidos, sosegados, de primavera bucólica, reconfortante y hedonista; de agradabilísimas temperaturas ... mucho más que los primeros calores, aunque leves y todavía no muy agobiantes, de Madrid.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una estupenda, una maravillosa película coreana. Se trató de "Hierro 3", de Kim Ki-Duk. De este director ya había visto "Primavera, verano, otoño, invierno ... y primavera", aunque "Hierro 3" me ha gustado mucho más.

Es una hermosa película que nos cuenta una preciosa historia de romanticismo exaltado, aunque no se vea una sola efusión amorosa, de un amor delicado y tenaz a la vez. Además los dos principales personajes no abren la boca para decir nada en toda la historia, bueno, sí, ella al final habla un poquito. Además también nos habla de violencia, de absurda violencia, debida en general al miedo por lo desconocido. Tiene toques surrealistas y de realismo mágico, pues como se postula en la frase que cierra el film, nunca tendremos muy claro que es realidad y que ilusión.

La película me entusiasmó, por ese toque parsimonioso y esteticista de la mayoría de la cinematografía oriental, y que tanto me gusta, por lo que os la recomiendo encarecidamente, aunque es posible que ya no esté en cartel, pues la estrenaron hace ya varios meses (aquí el pasado viernes).

Pues con férrea regularidad, ahí va la sección de sabiduría ajena:

 - "La realidad es simplemente una ilusión, aunque muy persistente".  (Albert Einstein).

 - "Nunca tengo miedo de lo que sé".  (Anna Sewell).

 - "Las palabras son como las hojas: cuando abundan, hay poco fruto entre ellas".  (Alexander Pope).

 - "Si sale, sale. Si no sale, hay que volver a empezar. Todo lo demás son fantasías".  (Manet).

 - "El tiempo pone muchas veces el remedio a aquello que no ha podido ponérselo la razón".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.

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Reiterativo matutino estacional
(Martes, 23 de noviembre de 2004)

¡Buenos días!

Pues sí, la estacionalidad es muy propia de estos matutinos, no solo por sus cíclicos vaivenes climáticos, tanto los de la naturaleza como los anímicos, sino también porque el clima meteorológico forma una parte esencial de ellos. Esta mañana, como estos últimos días, hemos tenido niebla, espesa niebla; luego se fue diluyendo como neblina, y ahora, tras muchos días sin verle, se nos asoma un vivificante y esplendoroso solecito de otoño. Espectacular y hermosa vista de la ribera ... me consolaré solo con verla y disfrutarla así, que si intento agarrarla y poseerla, muy probablemente se me escurra y desintegre por entre mis dedos como el agua corriente del río que alberga, el Arlanzón.

Pues durante la neblinosa tarde-noche de ayer me encaminé de nuevo al cine con la esperanza de cambiar la modulación de mis propias oscilaciones estacionales del ánimo (eso de los ciclos circadianos vitales y demás). Estuve viendo la producción germano-coreana "Primavera, verano, otoño, invierno, y ... primavera", de Kim Ki Duk.

Hermosa y extraña película sobre un monje budista y su discípulo, díscipulo que empieza siendo niño y le vemos hasta su madurez, con todos sus vaivenes estacionales ... y vuelta a empezar el ciclo, pues éste, ya mayor, coge a otro niño como discípulo. Es muy evidente la relación entre las estaciones y la vida de la gente, aunque no por eso deje de ser sabia y bellísima la película, de una ingenua belleza, lo que no quiere decir simple, pues encierra un montón de sabiduría budista.

Es una especie de alegoría de la vida, de una serenidad y parsimonia, visual y auditiva (apenas hay diálogos), impactante. Además del postulado de que la vida es así, que hay que aceptarla como viene, que es cíclica, y de las enseñanzas que da el maestro para tratar de vivir en armonía con nosotros mismos y con el resto del mundo, también nos habla de lo nefasto que es la posesión, que quien anhela vehementemente poseer algo, de hacerlo exclusiva y excluyentemente suyo (un animal, una persona amada, un Dios, una religión, ...), no conseguirá otra cosa, casi con total seguridad, que destruirla y autodestruirse. En definitiva, sabia y hermosa película.

Pues ahí va otro poquito más de sabiduría ajena, amén de la que ya contiene y destila el film glosado hoy:

 - "Un rico que dona todo lo que tiene, se queda pobre; un sabio que enseña todo lo que sabe, acrecienta el caudal de sus conocimientos. Divino privilegio el de la inteligencia al multiplicarse por el tiempo y por el espacio".  (Concepción Arenal).

 - "Llegué por el dolor a la alegría, supe por el dolor que el alma existe. Por el dolor, allá en mi reino triste, un misterioso sol amanecía".  (Francisco Brines).

 - "Quien mira hacia afuera, sueña. Quien mira hacia adentro, despierta".  (Carl Jung).

 - "El que estando enfadado impone un castigo, no corrige sino que se venga".  (Montaigne).

 - "Igual que la temperatura física, con sus variaciones, señala la aparición de las plantas, existe una especie de temperatura, de clima moral que con sus variaciones estipula la aparición de ciertas expresiones artísticas".  (Hippolyte Taine).

Besos y abrazos,

Don.
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