Miércoles, 17 de abril de
2002
¡Buenos días!
Deliciosos días. El clima es
tan bueno que merecería ir derechito hacia el paraíso y alternar con los
angelitos, incluso climatológicos, ... bueno, creo que los angelitos han bajado
a la tierra, pues no dejo de verlos ... ¡cosas de la primavera!
Y ayer tarde estuve en el
cine viendo una película hispano-argentina, "Todas las azafatas
van al cielo", de Daniel Burman y con Ingrid Rubio (españolita
angelical) y Alfredo Casero. DELICIOSA, EXQUISITA película, que me transporto a
etéreas y celestiales ensoñaciones, gracias también a una buenísima banda
sonora, exceptuando las tres o cuatro canciones de Raffaella Carrá, que rompían
el encanto, ... pero bueno, también tienen su lugar en la peli.
Habla de soledades, de
inmensas soledades, de almas perdidas y de paisajes sin fin, es decir, de
paisajes en el fin del mundo, en Ushuaia, la ciudad habitada más austral de la
Tierra (no recuerdo si en Argentina o Chile), si exceptuamos las colonias
científicas de la Antártida.
Es tierna, muy tierna, con
un poquito de agradabilísimo humor, con unos personajes impagables, buenos,
fundamentalmente buenos, en el buen sentido del término, que diría Antonio
Machado, que derrochan amor por los cuatros costados (en cuanto que les dejan
hacerlo). Los dos protagonistas y los principales secundarios que les rodean
son muy originales, como el taxista, la prostituta-guía turística-confesora
sentimental, la enfermera, el auxiliar de pista, su hija, los
caricaturizadísimos pilotos, ...
Dos confesiones: las pocas
veces que he viajado en avión, yo también me he enamorado, como el
protagonista, de al menos alguna de las azafatas del vuelo. No sé si será que
debido a lo cerca que se está de celestiales mundos, me parecen todas angelitos
adorables. Y la otra, que esa estúpida sensación de tristeza alegre que me
produjo en varios momentos la película, hizo discurrir por mis mejillas lagrimillas,
mientras discurría por vaguedades mentales, sin discurrir nada de provecho,
como por ejemplo sobre correcciones hedónicas del IPC, que de hedonismos ya
tenía yo suficiente con disfrutar de la deliciosa película.
Llevo tres días seguidos
viendo excepcionales films, y ya dudo de si es solo que son buenísimas
películas, o tengo que añadir que soy yo también el que las ve así de bien. No
sé, ya veremos, ...
Y para terminar dos frases
pitagóricas, muy, pero que muy en relación con la película, y una tercera que
me ha parecido excepcionalmente buena:
- "Antes que al médico, llama a tu
amigo" (Pitágoras).
En la película, aunque hay
médico, los que más cura son los amigos.
- "Elige una mujer de la cual puedas
decir: Yo hubiese podido buscarla más bella, pero no mejor" (Pitágoras).
Invertid los sexos, y
acertaréis con algunas tribulaciones de la protagonista.
- "Aunque tu enemigo sea el ser más ruin,
mezquino y miserable de la tierra, ¿serías tú acaso mejor por eso? Deja a tu
enemigo que sea como fuere y procura mejorarte tú, pues no has venido a
perfeccionar a tu enemigo, sino a ti mismo" (Amado Nervo).
Poética sabiduría. Besos y
abrazos,
Don.
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