Martes, 4 de junio de 2002
¡Buenos días!
Rencorosos, ¿por qué?, si a
pesar de que está nublado y ha refrescado bastante, pues hemos pasado de una
bochornosa y pesada primavera a una fresca y liviana, todo tiene sus puntos de
ventaja, siempre que sepamos verlo. Y mucho más, como en el caso de la
primavera, si no podemos hacer nada por evitarlo, pues nos viene dada y no
podemos influir sobre ella. Tan solo podemos influir en nuestro propio estado
de ánimo y en como vemos el entorno. Es la única manera de sentir que lo
dominamos y de sentirnos bien con nosotros mismos.
Pues eso, el rencor, sea con
la primavera o con cualquier otra cosa, no tiene sentido, pues cada situación
que nos depara la vida es un reto para iniciar un nuevo viaje, y tiene su
encanto, ¡qué caramba!, tan solo hay que saber verlo y apreciarlo, aunque a
veces sea difícil.
Y como no podía ser de otra
manera, ayer estuve en el cine viendo "Rencor"
de Miguel Albaladejo, y con Lolita, Jorge Perugorría y Elena Anaya (está para
comérsela, además de que actúa muy bien). Muy buena película, cuyo guión parece
sacado de la letra de un tango, pues va de rencorosos amores, muy desgarrados y
arrastrados. Rencor que arrastra sin querer (o queriendo) a inocentes que se
ven envueltos en el torbellino sin haberlo deseado. Tiene unos pocos momentos
de reconfortante humor, engarzados en el drama.
Insisto, muy buena película
de este director, cuyos otros tres films también eran buenísimos, cada uno en
su estilo. Su primera peli no la recuerdo (el título), pero me sorprendió y
pareció deliciosa, a la par que divertida; la segunda fue "Manolito
Gafotas", una con las que más me he reído últimamente; y la tercera y
penúltima fue "El cielo abierto", algo más dramática que las
anteriores pero con mucho humor.
Y las frases de sabiduría
ajena para hoy son:
- "Estar preparados para la guerra es uno
de los métodos para preservar la paz"
(George Washington)
... pero sin rencor ...
bueno, esta frase es muy opinable.
- "Aquel hombre era como un gallo; creía
que el sol se había levantado en el cielo para oírlo cantar" (George Elliot).
- "Nos están enseñando a no estar
satisfechos. Ahora hay una exaltación continua del deseo, del consumismo. ...
Somos codiciosos. Estamos tan preocupados por tener la felicidad que si la
tenemos no nos percatamos" (José
Antonio Marina, filósofo).
- "Afortunadamente, el hombre sólo puede
asumir un cierto grado de desgracia; más allá de ese grado, la desgracia le
aniquila o le deja indiferente"
(Goethe).
Besos y abrazos,
Don.
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