Jueves, 18 de abril de 2002
¡Buenos días!
¿O debería de haberse
titulado "El embrujo de estos matutinos"? No sé, el caso es que el
clima se nos ha embrujado y está nebuloso, con las brumas propias de pócimas
brujeriles, y se rompió el encanto primaveral de ayer. ¿Qué andarán maquinando
los hados, que han espantado a las ninfas? Me siento como envenenado, y no sé
si terminaré contagiando estas sensaciones a mis matutinos. Espero ponerle
remedio a esta situación lo más pronto posible, ... ¿o no?
Ayer estuve otra vez en el
cine, viendo "El embrujo de Shangai", de
Fernando Trueba, y con Aida Folch, Ariadna Gil, Fernando Fernán-Gómez, Eduard
Fernández, ... entre muchos y destacables otros. Muy buena película que ha
tenido la desgracia de ser vista por mi tras el embrujo en el que caí sumido
tras la visión de las tres excepcionales películas anteriores. Me encantaron
especialmente el personaje y la actuación de Fernando Fernán-Gómez y las
memorables y divertidas frases que suelta cada vez que aparecía en escena; así
como el personaje y la actuación de Aida Folch (la tísica adolescente), y de
Eduard Fernández (el mentiroso y cuentista).
El film comienza divertido y
costumbrista, y hacia el final se va tornando en drama total. Y lo que saqué en
claro de él ya lo apunta el título, que gracias a la fantasía (aventuras
orientales en la peli) se endulza lo suficiente la cruda realidad (la posguerra
española) como para sobrellevarla con cierta dignidad.
Pasemos sin más a la
sabiduría ajena para hoy, muy, muy en relación con el film:
- "En los momentos de crisis sólo la
imaginación es más importante que el conocimiento" (Albert Einstein).
- "Juventud sin salud, más amarga que
senectud" (refrán).
- "Como los verdaderos amantes gozan
tanto más de su felicidad cuanto más oculta, así los hombres verdaderamente
generosos encuentran mayor goce en las liberalidades que hacen cuanto mayor es
el secreto que las circunda" (Abel
Bonnard).
Besos y abrazos,
Don.
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