20140607

Matutino bobalicón

Jueves, 6 de junio de 2002

¡Buenos días!

Bobos también, porque no deja de llover (parece que las nubes son niñas tontas y llorosas), de hacer viento desangelante y frío de invierno (7ºC a la hora del cafetito) cuando ya casi es verano. La primavera se nos ha vuelto (o se hace la) tonta. Y llevamos así tres días, justo tras unas jornadas de gran bochorno y aplatanamiento. Y yo he pasado de la bobería bochornoso-veraniega, a la bobería otoño-invernal, acrecentada por mis pocas horas de sueño.

Pues ayer fui al teatro a ver "La dama boba" de Lope de Vega, con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, entre quienes destacaría a Maruchi León (la dama boba) e Isabel Ordaz (su bella y discreta hermana), aunque toda la compañía lo bordó.

Excepcional historia, muy divertida, inteligente y satírica, no solo de la sociedad del s.XVII, sino que plantea cuestiones intemporales. Además el director la ha encuadrado en la España de la década de 1930, pues tampoco hemos cambiado tanto (en lo básico).

Trata de que reflexionemos sobre el lugar de la mujer en la sociedad, de la dificultad de las mujeres para ser reconocidas y reconocerse como seres humanos, frente a unos hombres anclados en la tradición, los intereses y las formas.

Esta dama boba es una especie de Peter Pan, que se niega a crecer intelectual y emocionalmente, y por eso es considerada boba. Pero el amor la hará crecer en ambos aspectos y le permitirá dominar la situación, ora haciéndose la boba, ora siendo discreta e inteligente. La vida misma.

Y como sabias frases ajenas del día, os recomendaría muchas de las que se recitan en la obra teatral (pues es en verso rimado, muy, muy ingenioso). Y además de éstas, ahí va una racioncita de otras:

 - "Hace el amor sutil al hombre que era rudo,
hácele hablar hermoso al que antes era mudo, ... "  (Arcipreste de Hita).

 - "Le ha salido talento ... Sin duda ama"  (Benito Pérez Galdós).

 - "El corazón necesita un segundo corazón. La alegría compartida es doble alegría"  (Tiedge).

 - "Un leve estremecimiento recorría su cuerpo no bien pensaba en la posibilidad del amor, no bien se imaginaba a sí misma recorriendo de nuevo aquellos edenes cuyos preciosos y perfumados árboles escondían tantas espinas"  (Terenci Moix).

 - "Respecto de las mujeres, he perdido ya dos virtudes teologales, la fe y la esperanza. Queda el amor, es decir, la tercera virtud, de la que no puedo prescindir, pese a que ya no crea ni espere nada"  (Giacomo Leopardi).

Pues respecto de ellas, yo todavía no he perdido ninguna virtud, a pesar de algún que otro espinoso pinchazo. Gajes del oficio.

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios:

Publicar un comentario