Miércoles, 24 de abril de
2002
¡Buenos días!
Ya sí, por fin, todos los
árboles de la ribera del Arlanzón visten sus mejores, radiantemente verdes y
juveniles galas para recibir y continuar agasajando a estos esplendorosos días
de primavera, cálidos y envolventes, evocadores de paraísos alejados o cercanos
(en el espacio o en el tiempo), incitadores de ejercer nuestro libre albedrío,
con la inconsciencia propia de la infancia y juventud, con esa vitalidad propia
de todo lo que surge y empieza a vivir.
Ayer fue la fiesta
autonómica en Castilla y León, y no acudí a mi cita matutina, por lo que hoy os
comentaré dos eventos culturales a los que asistí en estos dos últimos días. El
primero fue antes de ayer, lunes, en el Teatro Principal, y vi una obra de
teatro, "El guardián entre el centeno",
adaptación de la famosísima novela homónima de J.D. Salinger. Nos habla de lo
importante que es el libre albedrío, sin apenas interferencias, a pesar de sus
riesgos, en la buena educación de infantes y adolescentes. El guardián solo
evitaría que se estrellen, sin más consideraciones. La novela no la he leido, y
ya está en mi cartera de lecturas pendientes.
Y ayer volví al Teatro
Principal a escuchar a Haig Yazdjian, un armenio afincado
en Grecia, y que se dedica a lo que ahora se llama nuevas músicas o músicas del
mundo; hablando en plata, a fusionar diversos estilos con resultados siempre
brillantes, pues de hecho todo estilo musical tradicional se originó en su
momento por la fusión de varias influencias. Fabulosa música de estilo
oriental, evocadora de paraísos cuajados de huríes, y que me transportó a
placenteras sensaciones musicales (cosquilleos intelectuales incluidos). Era
una fusión de músicas del Mediterráneo oriental (norte y sur) con sonidos
modernos, pero todo en su pequeña y justa medida, sin que casi nada
predominase, como en una perfecta y deliciosa macedonia de frutas, con leves
toques de distinto sabor sorprendiéndote a cada momento.
Y rematemos, como de
costumbre, con la sabiduría ajena, en cierta relación con el tema de hoy:
- "Libertad, encanto de mi vida, sin ti
el trabajo es un tormento y la vida una larga muerte" (Proudhon).
- "Cantando la pena, la pena se olvida,
no importa la vida que ya está perdida, y después de todo, ¿qué es eso, la
vida? (Manuel Machado).
- "He observado que la realidad tiende a
manifestarse así, insensata, inconcebible y paradójica, de manera que con
asiduidad de lo grosero nace lo sublime; del horror, la belleza; y de lo
transcendental, la idiotez más completa"
(Rosa Montero).
Besos y abrazos,
Don.
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