20130109

Matutino reluciente

Miércoles, 25 de octubre de 2006

¡Buenos días!

Tras algunos escasos y bienvenidos rayos solares que tuvimos ayer y antes de ayer a la vera del Arlanzón, hoy hemos vuelto al cielo gris y a las lluvias, siempre con temperatura muy agradable, y hoy con ventarrón que le hace a uno flotar, no solo físicamente, sino mentalmente, y volar sobre la refulgente ribera, que ella irradia su propio sol dada su gran fuerza interior.

Ayer por la noche estuve en el cine viendo una estupenda película, que desde ya os recomiendo: "Pequeña Miss Sunshine" ("Little Miss Sunshine"), de Jonathan Dayton y Valerie Faris, y con Abigail Breslin, Greg Kinnear y Toni Collette. Nos cuenta una historia, en tono de sarcástica comedia algo amarga, sobre una muy particular familia, cuyos miembros son a cada cual más raros. Las únicas algo normalitas son la pequeña miss y su madre, creo que por que es quien soporta al resto de raritos: un padre patéticamente iluso, un abuelo toxicómano, un tío suicida, y un hermano zombie ... por destacar tan solo un adjetivo de cada uno de estos complejos caracteres.

Quitando el principio y el sorprendente y espectacular final, el resto del film es una "road movie", que como toda buena road movie que se precie es una alegoría del tránsito vital, donde la destartalada furgoneta en la que viajan representa las dificultades que hay que superar en la vida, siempre con esfuerzo, que es lo que nos hace sentirnos vivos, que los momentos de felicidad no aportan nada en nuestro curriculum vital, como se dice en la historia. Que nuestros problemas desaparecen (o se mitigan relativamente) en el momento en que nos preocupamos de los de los demás (mucho más si son quienes queremos). Además, a través de la lente desenfocada de esta peculiar familia, subyace claramente como deberían ser las buenas relaciones familiares.

Insisto, espectacular final, con densas lecturas entrelíneas, que hizo que se me saltaran las lágrimas de risa y de emoción, todo junto y a la vez. En ese final, también se ve una crítica a los concursos de belleza y a lo que implican, en concreto a los deplorables concursos de belleza infantiles (¡qué grima!), es decir, a esa cultura que solo prima el éxito por encima de todo, ya que no es un fracasado quien pierde, sino quien ni siquiera intenta luchar por sus ideales y su modo de ver el mundo, tan normal o "freakie", como el de cualquiera de los otros, que todo es relativo, muy, muy relativo.

Ahora, un poquito de sabiduría ajena, para que cuando la necesitemos, ilumine radiantemente nuestro camino:

 - "No sé a que puede llamarse suerte. Los que triunfan siempre creen que ha sido por su talento o su trabajo, y les humillaría creer en la suerte".  (Jacinto Benavente).

 - "Fatiga menos caminar sobre terreno accidentado que sobre terreno llano".  (Aristóteles).

 - "Cuantísima gente hay que lee y estudia, no por conocer mejor la verdad, sino por acrecentar su pequeño yo".  (Julien Green).

 - "Las cosas bellas son perecederas, y los bellos tiempos son efímeros".  (Jaime Balmes).

 - "El individuo que no se interesa por sus semejantes es el que tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos".  (Alfred Adler).

 - "Abandonar puede tener justificación; abandonarse no la tiene jamás".  (Emerson).

 - "No fueron cien fracasos, fueron cien oportunidades de mejora" (Edison).

 - "Las mejores frutas son las que han sido picadas por los pájaros; los hombres más de bien son aquellos en quienes se ha cebado la calumnia".  (Alexander Pope).

Besos y abrazos,

Don.
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