Fatalidad matutina

Miércoles, 6 de septiembre de 2006

¡Buenos días!

Es una fatalidad ... pero en el sentido positivo del término ... pues casi todo lo que sube termina por bajar, salvo quizás la imaginación, que siempre anda flotando por ahí. El caso es que en esta realidad nuestra de cada día, de cada mañanita, las temperaturas han bajado ligeramente hoy, aligerándonos levemente el sofoco veraniego, y quedándose otro esplendoroso día de rabioso verano casi crepuscular (quedan dos semanas para su fin), con unas temperaturas máximas que siguen superando con creces los 30ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una estupenda, estupendísima película que desde ya os recomiendo que veais. Se trató de "La noche de los girasoles", de Jorge Sánchez-Cabezudo, y con Carmelo Gómez encabezando (por más famoso) un estupendo y coral reparto. Fabulosa historia de cine negro, un thriller rural con uno de los esenciales y arquetípicos elementos del género negro: la fatalidad. Historia que se desarrolla en un pequeño pueblo de la España profunda y mesetaria.

Me encantó la historia, ligeramente cínica, o no tanto (otra seña de identidad del buen cine negro), y el modo en que está contada, en varios capítulos solapados, en los que se nos muestran una serie de acontecimientos concatenados, posiblemente fortuitos, que llevan irremisiblemente a los personajes hacia la fatalidad, con todo su abatimiento, como se abaten los girasoles al anochecer, pero no siempre una fatalidad de rompe y rasga, sino que pausada, contenida, leve y etérea, al ritmo del crepúsculo solar.

Pues es una fatalidad, por inevitable que no por desgracia, que pasemos ahora a la sección de sabiduría ajena:

 - "Equivocarse es humano. Echarle las culpas a otro, todavía lo es más".  (Una de las leyes de Murphy).

 - "Es que la verdad, si existe, no se puede exagerar. En la verdad no puede haber matices. En la semiverdad o en la mentira, hay muchísimos".  (Pío Baroja).

 - "Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha".  (William Faulkner).

 - "Los dos mayores tiranos del mundo: la casualidad y el tiempo".  (Johann G. Herder).

 - "Tampoco es inescrutable el azar, también está regido por un orden".  (Novalis).

Besos y abrazos,

Don.
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