Viernes, 16 de abril de 2004
¡Buenos días!
Llevamos varias jornadas en
las que la meteorología se hereda a sí misma, es decir, que de un día para
otro, cada uno distinto, vamos recibiendo en herencia unas grises nubes,
aparentemente siempre las mismas, sin saber muy bien el porqué, pues ya estamos
en primavera y esos regalos del antaño invernal no nos son muy útiles en estos
días de efusividad primaveral. Convendría, como pasa con algunos lastres del
pasado que vamos heredando de un día para otro, el desembarazarnos de ellos
para un mejor disfrute del día a día ... "carpe diem".
Ayer por la tarde, tras
varias semanas de ausencia, volví a ver una de esas películas que se proyectan
en los ciclos cinéfilos que organiza la Universidad de Burgos, films que
habitualmente no se estrenan en salas comerciales, y que bastantes de ellos son
infinitamente mejores que la inmensa mayoría del "fast-cinema" que
inunda las salas comerciales, películas tipo kleenex, de usar y tirar y que no
dejan ningún poso anímico.
En esta ocasión se trató de
la buenísima y deliciosa película argentina "Herencia",
de Paula Hernández, y con Rita Cortese, Adrian Witzke, y varios otros más.
Historia de unos pintorescos personajes, o no tanto, que todos somos más o
menos pintorescos. Me recordó a otra buenísima película, "Bagdad
Café". Nos habla del debate interior que todos tenemos entre sueños
(deseos) y realidad, ... de relaciones humanas, en general. Emotiva y
divertida, divertidísima en bastantes momentos. Os la recomiendo, pero es muy
posible que no tengáis acceso a ella (quizás en Madrid ...) ... una pena.
Pues ahí van unas frasecitas
ajenas que, con un poco de suerte, nos dejarán en herencia una huella de
sabiduría vital.
- "La única manera de sembrar la
felicidad es compartirla con alguien".
(Ana Luisa Moreira Dias).
- "¡Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire ni en el cielo, aún cuando sé que existes y no eres
vano sueño!". (Rosalía de Castro).
- "De mis disparates de juventud, lo que
más pena me da no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a
cometerlos". (Pierre Benoit).
- "No hay pasión más sincera que el amor
a la comida". (Séneca).
- "Hay dos cosas sagradas: el sueño de un
niño y los sueños de un enamorado".
(Anónimo).
Besos y abrazos,
Don.
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