Microcosmos matutino

Miércoles, 19 de marzo de 2008

¡Buenos días!

En estos días en los que el duro invierno vuelve por sus fueros (esta mañana es mucho más cruda que la de ayer), estoy generando en mi interior una burbuja primaveral, pequeño microcosmos, pequeño fractal de la auténtica primavera, que nos llegará de calendario mañana, pero que según las previsiones meteorológicas lo hará en realidad ya la semana que viene, que para este próximo fin de semana hay pronosticadas nevadas a la vera del Arlanzón. Mis adoradas y adorables hadas y ninfas ribereñas también hacen lo suyo contribuyendo a que ese pequeño rescoldo primaveral que aún bulle en mi interior no termine de apagarse del todo para que cuando llegue la rabiosa primavera no me pille atontado y desprevenido.

Por cierto, para aquellos de vosotros que no sepáis lo que es un fractal, es un concepto matemático que viene a describir aquellos objetos o situaciones que contienen una especie de copia a distinta escala de sí mismos, conservando su estructura. Un ejemplo paradigmáico de esto es un árbol: si se coge una rama y se la aisla del árbol, ella misma es una especie de árbol pequeñito, a escala reducida. También podría considerarse un fractal de un sistema planetario la estructura de un átomo de ese mismo sistema solar. La naturaleza está llena de fractales a poco que observéis con atención.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película de animación por ordenador. Se trató de "Horton" ("Horton hears a who!"), de Jimmy Hayward y Steve Martino. La anterior de este tipo que había visto fue "Ratatouille", que me encantó. Desde ya os anticipo que aún cuando la técnica es espectacular, la historia relatada en "Horton" no me gustó casi nada, salvo algunos pequeños detallitos (algunos de ellos fueron el homenaje al manga japonés que contiene). Creo que con los mimbres que está hecha podría haberse hecho una maravilla.

Nos relata la historia de Horton, un elefante que oye gritos en una mota de polvo (solo los oye él), y deduce que hay todo un mundo viviendo en ella, como de hecho así sucede. Ese microcosmos es una especie de bucólica Arcadia, ajena a los peligros siderales que pueden acecharla. Horton, también consciente de ello, contra viento y marea (contra la incomprensión e intolerancia de sus amigos y vecinos) decide poner a salvo tan frágil mundo.

Ahora, un fractal de toda la sabiduría que pulula por ahí, flotando:

 - "El ánimo gozoso hace florida la vida; el espíritu triste, marchita los sucesos".  (Salomón).

 - "Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego".  (Proverbio árabe).

 - "El ser humano no sólo vive de pan, necesitamos amor y cuidados, y encontrar una respuesta a quienes somos y por qué vivimos".  (Jostein Gaarner).

 - "No ha de maravillarnos que el azar pueda tanto sobre nosotros, desde el mismo momento que vivimos por azar".  (Montaigne).

Besos y abrazos,

Don.