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¿Matutino lacrimógeno?

Viernes, 25 de enero de 2008

¡Buenos días!

Seguimos de gris nubosidad, neblinas y demás húmedos meteoros que apenas empapan, parecen deshidratados, como si ya no tuvieran ganas ni fuerza para escurrir sus humores ... y haciendo como el perro del hortelano, ese que ni comía ni dejaba comer, impidiendo que actúe el radiante sol, dado que la nubosidad no lo hace. En fin, nos quedan dos alternativas,
esperar que la cosa cambie y disfrutar mientras tanto de lo que hay, o volar hacia el sur, cual golondrinas, buscando mayor calidez ambiental.

Ayer por la tarde estuve viendo una de las películas que programa el Aula de Cine de la Universidad de Burgos, siempre en versión original con subtítulos, dentro de un ciclo de cine africano. Se trató de la película marroquí del año 2003 "Los ojos secos" ("Les yeux secs" ... que no sé como se escribe el título original en árabe o bereber, ni podría escribirlo), de Narjiss Nejjar, y con Siham Assif. Esta extraña película, que me pareció influenciada por el cine francés, lo que es bastante lógico, especialmente por "la nouvelle vague", nos cuenta la historia del regreso a su pueblo de una prostituta que ha pasado los últimos 25 años encarcelada. Vuelve con un conductor de autobús que la recogió y le hace pasar por su hijo, pues su pueblo, bereber, que se encuentra en las montañas del Atlas, está solo habitado por mujeres prostitutas y los hombres solo pueden entrar pagando. Ese pueblo, especie de gineceo, está regido por una dura y altiva jefa, que resulta ser la hija de la que salió de la cárcel y que apenas se conocen (se separaron cuando la hija tenía pocos meses).

Tiene una estupenda banda sonora y una muy bonita fotografía, contemplativa, como lo es la historia. Se trata de una especie de alegoría sobre la desconsideración de la mujer en esa cultura y en el islam en general. También nos habla del dilema que esas mujeres tienen entre el deseo y la incapacidad de llorar, ... y de amar, debido al baqueteo emocional al que les somete su profesión. Tuvo algunos momentos estupendísimos.

Pues para tratar de evitar que algunas veces los ojos se os queden secos de tanto llorar, o precisamente lo contrario, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman".  (Proverbio irlandés).

 - "Bendita sea el agua, por lo buena y lo barata".  (refrán).

 - "Una vida en que no cae una lágrima es como uno de esos desiertos en que no cae una gota de agua: sólo engendran serpientes".  (Emilio Castelar).

 - "Los hombres ricos en lágrimas son buenos. Apartaos de todo aquel que tenga seco el corazón y secos los ojos".  (Goethe).

 - "Si las lágrimas son efecto de la sensibilidad del corazón, ¡desdichado de aquel que no es capaz de derramarlas!".  (Jovellanos).

- "No hay mayor causa de llanto que no poder llorar".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.
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