20120813

Hondonadas matutinas

Jueves, 24 de enero de 2008

¡Buenos días!

Por mera consecuencia geográfica, al estar a la vera de la ribera del río Arlanzón, me encuentro en una hondonada, en un valle, aunque no en el aspecto anímico, porque no se puede estar permanentemente deprimido anímicamente como sí lo estoy topográficamente en esta esplendorosa ribera, hoy otra vez empapada de nieblas y neblinas, con el consecuente bajón térmico, aunque éste no se hunda por debajo de cero. A pesar de estas circunstancias, no sé muy bien por qué, me encuentro exultante, volando por ahí con el brío de una piedra impulsada por un hondazo ... ¡atención, cuidado!, yo volante, peligro constante ...

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "En el valle de Elah" ("In the valley of Elah"), de Paul Haggis, y con Tommy Lee Jones y Charlize Theron (no la había visto tan adorablemente hermosa desde "Las normas de la casa de la sidra"). Una muy buena película, a pesar de algunos pequeños detalles "muy americanos" y muy poco de mi gusto, parca en palabras, aunque sin llegar a los extremos de buena parte de las películas orientales, que nos relata la investigación policial, llena de obstáculos, que realiza un padre (un muy religioso y patriota ex-policía militar, ya jubilado), ayudado por una diligente inspectora de policía, sobre la extraña desaparición de su hijo, recién regresado de la guerra de Irak. Es un duro alegato antibélico ambientado en casa, no en el lugar de la guerra, en el que se denuncian los horrores que toda guerra lleva implícitos, horrores que se van desvelando a base de rascar y rascar a medida que avanza la investigación. Además, mientras eso sucede, van tambaleándose algunas de las firmes convicciones de su padre.

El título tiene que ver con un conocidísimo pasaje bíblico, pues es el lugar en el que ocurrió la lucha entre David (enviado por su padre, el rey Saúl), con su honda, y Goliath, haciéndose la siguiente pregunta: ¿quién sería capaz de enviar a su hijo a luchar contra un gigante?, y en caso de hacerlo, ¿por qué no ayudarle a su regreso? ... pues la inmensa mayoría de combatientes vuelven "tocados", tarados por los horrores que han visto y han hecho o tenido que hacer.

Pues para ayudarnos a que nos elevemos desde profundas simas en las que eventualmente podamos caer, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "La gente odia a quienes le hacen sentir su inferioridad".  (Lord Chesterfield).

 - "Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él".  (Francis Bacon)

 - "Si haces el bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo".  (Quevedo).

 - "Uno cree que muere por la patria y muere por los industriales".  (Anatole France).

 - "La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran".  (Paul Valéry).

 - "Nada tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer".  (Víctor Hugo).

 - "El patriotismo es el huevo de donde nacen las guerras",  (Guy de Maupassant).

 - "En la paz, los hijos entierran a los padres; la guerra altera el orden de la naturaleza y hace que los padres entierren a sus hijos".  (Herodoto).

 - "La guerra es nefanda, porque hace más hombres malos que los que mata".  (Immanuel Kant).

 - "Todas las guerras son santas. Os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener al cielo de su parte".  (Jean Anouilh).

 - "No se puede ganar una guerra, como tampoco se puede ganar un terremoto".  (Jeannette Rankin).

 - "La guerra es un juego que los reyes, si sus súbditos fueran inteligentes, no jugarían jamás".  (William Cowper).

Besos y abrazos,

Don.
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