20120810

Matutinus interruptus

Lunes, 4 de febrero de 2008

¡Buenos días!

Tengo ya asumido que todos y cada uno de estos matutinos que voy escribiendo es prácticamente imposible que los acabe de un tirón desde que empiezo a dar las primeras teclas, pues continuamente voy siendo interrumpido por los más diversos avatares. Pero no importa, a pesar de las interrupciones todo fluye y acaba llegando a donde tiene que llegar. Por lo demás, la mañana, típica de invierno, fresco viento y temperatura, con sol y nubes, interrumpiéndose entre ellos, permitiendo que cada uno tenga su momento.

Este pasado fin de semana, allende el sur de la ribera del Arlanzón, estuve en el cine viendo una espléndida película rumana, que desde ya mismo os recomiendo encarecidamente que veáis. Se trató de la multipremiada "4 meses, 3 semanas, 2 días" ("4 luni, 3 saptamani si 2 zile"), de Cristian Mungiu, y con Anamaria Marinca y Laura Vasiliu. Nos cuenta la historia de dos jovenes universitarias en los últimos días del comunismo rumano, a finales de los 80 (entorno bastante parecido a nuestro pasado régimen franquista), y donde están prohibidos los abortos (interrupciones del embarazo), y los métodos anticonceptivos (solo queda el coitus interruptus ... y poco más). La película va de eso, pero no está centrada ni en la que aborta (personaje bastante atontado e inmaduro), ni en quien practica el aborto clandestino (un aprovechado con pocos escrúpulos), sino en la amiga que la ayuda quien, haciendo gala de una gran amistad y responsabilidad, será la que sufra las peores consecuencias emocionales.

La película, aparte lo anterior, está desprovista del más mínimo rasgo afectivo. Es dura, contundente, desabrida, mostrando la gris sordidez ambiental y la desolación y devastación emocional de la protagonista, dejándole a uno con el corazón en un puño. No se emiten juicios de valor, solo se exponen los hechos como en un buen documental, para hacernos pensar en ello. Que las prohibiciones no consiguen lo que persiguen, es más, consiguen perversos efectos colaterales, como que se hagan los abortos clandestinamente, sin condiciones de higiene, fuera de plazo, y pueda fallecer la mujer. Además, tal y como indica el título, la que va a abortar hace ese tiempo que está embarazada, y espera tanto debido a su inmadurez y al temor a lo clandestino, pero la realidad de los hechos se impone (necesita abortar, y en el film no se desvela el porqué, ni falta que hace) y con gran riesgo vital decide seguir adelante con su embarazosa interrupción.

Si ciertos jurásicos cerebros, afines a talibanes ideologías, asumieran que previniendo con una buena educación, sexual y en general, y métodos anticonceptivos, se evitarían la inmensa mayoría de los abortos, que nadie, ni la propia interesada ni el resto, consideramos buenos ... que no creo que sea plato de gusto para ninguna mujer el abortar, entonces llegaríamos a una mejor solución final del problema para todos. Pero esos talibanes no asumen la realidad de que el sexo se seguirá practicando sin fines procreadores, creen que es una pérdida de posibilidades de hijos ... pues que procreen los enclaustrados célibes de casto voto, que ahí hay todo un remanente de óvulos y esperma totalmente desaprovechado para fines reproductivos (exactamente igual que el que acaba encerrado en un condón), y en caso contrario, si ellos no desearan reproducirse (son libres las convicciones morales de cada cual), ¿con qué cara les pueden decir a los jóvenes que no usen medios anticonceptivos? ... ¿cochina envidia, tal vez? ... son como el perro del hortelano ... Y todo este último párrafo sí que es un juicio de valor.

Y como siempre, no puedo interrumpir totalmente un matutino sin antes soltaros unas perlitas de sabiduría ajena:

 - "En la vida, como en el ajedrez, las piezas mayores pueden volverse sobre sus pasos, pero los peones solo tienen un sentido de avance".  (Juan Benet).

 - "Lo importante no es solamente enseñar algo a un niño; es formar su espíritu para la observación, la reflexión, y la crítica en la investigación".  (Anónimo).

 - "Es menester instruir a la juventud con la risa en los labios; reprender sus defectos con grandísima dulzura, y hacerla que ame a la virtud, no que a su nombre se atemorice".  (Molière).

 - "Prefiero un vicio tolerante a una virtud obstinada".  (Molière).

 - "La indignación moral es la envidia con una aureola".  (H.G. Wells).

 - "Los verdaderos amigos son como las estrellas: brillan más cuando la noche es oscura".  (Jaime Otazu).

Besos y abrazos,

Don.
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