20120808

Matutina repercusión

Viernes, 22 de febrero de 2008

¡Buenos días!

Es importante que haga sol a la vera del Arlanzón, y mucho más si es con agradables temperaturas, como hoy, en que parece que ya resuenan los ecos de la primavera aún por llegar, muy reforzados por la esplendorosa luna llena de anoche, que todo ello trae como consecuencia un mayor vitalismo, hedonismo incluso, y ganas de dar saltitos como los gorriones de ayer.

Ayer por la tarde estuve ... bueno, no estuve en el cine, como suelo, sino en el teatro, por las alturas, en el paraíso, en la última fila del gallinero, viendo un espectáculo musical japonés; ver, poco, más bien oyendo y sintiendo el latido. Se trató de "Tao. El arte marcial de la percusión". Excepcional, portentoso y apabullante espectáculo, básicamente de percusión, de todo tipo de tambores y panderos, gigantescos algunos, aunque también sonaban de cuando en cuando dulcísimas flautas y una especie de salterio. Por tanto, si tenéis oportunidad, os recomiendo que vayáis a verlo.

No sé que tiene la música de tambores que me hace sentir muy bien tras una buena actuación. Parece como si el profundo y grave tamborileo me masajeara el cuerpo (real y literalmente lo hace) y la mente, dejándome como un tierno y moldeable trozo de masa panadera, ... o de cualquier otro material de parecidas propiedades que os imaginéis, y que os parezca más sugerente.

Ahora, unos ecos de sabiduría ajena que tal vez nos mitiguen los efectos de cualquier malestar:

 - "El genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración".  (Edison).

 - "Lo más triste de todo esto es que solemos comprar la consecuencia a precio de la sinceridad, y que, a trueque de aparecer ante los demás como les hicimos esperar que apareceríamos, nos hacemos traición a nosotros mismos".  (Miguel de Unamuno).

 - "Unas veces nos amamos porque no nos conocemos bien, y otras, acaso las más, nos amamos porque nos ignoramos".  (Santiago Ramón y Cajal).

 - "Los golpes de la adversidad son amargos, pero nunca estériles".  (Renan).

Besos y abrazos,

Don.
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