Lunes, 14 de abril de 2003
¡Buenos días!
Tras un día de ayer en el
que no paró de llover (casi caían chuzos de punta), hoy nos hemos levantado con
un día de sol y nubes, que ha ido aclarándose a medida que transcurría la
jornada, quedándose un precioso día primaveral, al menos aquí, a la vera del
Arlanzón, con radiante claridad tamizada por unos nubarrones de sucio gris
algodonado. Día que invita a pasear como un príncipe en su jardín. Yo me
contentaré con la bellísima ribera del Arlanzón, que no desmerece en nada a
cualquier jardín palaciego.
Ayer estuve en el Teatro
Principal de Burgos, viendo "El príncipe y la corista",
obra de Terence Rattigan de los años 50, y que llevó al teatro y al cine, como
actor y director, sir Laurence Olivier (en la versión cinematográfica, la
corista era Marilyn Monroe). En esta adaptación teatral española, los actores
son Emilio Gutiérrez Caba y María Adánez.
Divertida comedia en la que
se mezcla la "alta" política, la sátira cortesana y el amor
romántico, con una historia tipo Cenicienta, pero satirizada también. Los
diálogos son mordaces y muy divertidos, lo que hizo que me riera a carcajadas
bastantes veces. En la crítica política, obviamente, se ven paralelismos con la
situación política actual.
Y unas frasecitas de
sabiduría ajena para acabar:
- "Una de las leyes esenciales de la
cortesía es la resistencia al primer impulso". (Clarasó).
- "El vulgo estima a los amigos por las
ventajas que pueden obtenerse de ellos".
(Ovidio).
- "Lo que más gusta a las mujeres son los
pequeños detalles que los hombres tienen con ellas: un cochecito, un
brillantito, una finquita de recreo, y otras menudencias". (Pearl S. Buck).
- "La mayoría de las mujeres honradas son
tesoros ocultos que están ocultos solamente porque nadie los busca". (La Rochefoucauld).
Besos y abrazos,
Don.
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