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Matutino de dolientes marionetas

Viernes, 9 de mayo de 2003

¡Buenos días!

Parece que en esta ribera del Arlanzón no acaba de consolidarse la mejoría que presagiaba ayer, pues las nubes, cual títeres, parecen manejadas por alguien que no quiere que vuelva a reventar la primavera con todo su esplendor. El caso es que la temperatura es agradabilísima y tan solo falta ese pequeño detallito para que me olvide de mis dolientes pesares laborales de cara a este fin de semana que ya se nos ha echado encima.

Ayer tarde estuve en el cine, no en una sala comercial, sino en un ciclo de cine que organiza la Universidad de Burgos, viendo la excepcionalmente hermosa película japonesa "Dolls", de Takeshi Kitano, en V.O.S. (versión original subtitulada). Este director suele caracterizarse por hacer películas extremadamente violentas, pero en este caso se nos ha desmarcado con una que nos cuenta tres deliciosas, platónicas e irreales historias de amor, llevadas al extremo. Son como paradigmas, y la realidad no es más que una adecuada o adecuadas, tantas como personas somos, combinaciones lineales (o no lineales) de ellos. Además, en esta película quise ver que el director postula que el amor maneja a los hombres (y mujeres) cual si fuéramos unos muñecos, unas marionetas.

La película me ha maravillado de tal modo que durante su proyección me curó de todas las dolencias que me están produciendo estos ajetreadísimos días de trabajo que estoy teniendo últimamente. Es más, sus beneficiosos efectos me duraron hasta casi esta misma mañana.

Es una película fuera de las convenciones cinematográficas al uso, es puro arte cinematográfico, una obra de arte, de una belleza pasmosa. Apenas se habla y es poesía en imágenes. Con ese toque parsimonioso tan propio de la cultura oriental. Está llena de símbolos, algunos de los cuales me costó interpretar por no estar imbuido de su forma de ver la vida, pero aún así me pareció una "delicatessen", al contrario que dos compañeros de oficina con los que coincidí en el cine, a quienes no les acabó de gustar del todo.

Y como frases de sabiduría ajena me hubiera gustado volver a enviaros algunas de las ya enviadas anteriormente y que me parecieron de una belleza exquisita, pero no me apetece rebuscar, con lo que os citaré algunas de las que tengo en reserva que considero algo hermosas:

 - "Extravagante vanidad la de aquellos que para mostrarse hombres de valor se burlan de sus propias desventuras, pues los sabios y prudentes no acostumbran a exhibir ni lágrimas ni risas de su contraria fortuna".  (Joaquín Setanti).

 - "Vuestra fama es como la flor, que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la ruda tierra".  (Dante Alighieri).

 - "Una foto te puede enseñar a ver lo que ya tenías delante de los ojos".  (Maruja Torres).

 - "En la risa también va algo de amor: amor a la vida, amor a los amigos, amor a la gente".  (Frank Capra).

Besos y abrazos,

Don.
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