Jueves, 12 de diciembre de
2002
¡Buenos días!
¡No!, no es que nadie me
dicte mis peroratas matutinas, pero al dictado de la mejoría meteorológica, me
he animado a escribir otro matutino de estos, éste algo tardío, debido a la
mejoría climática, pues aunque hace un frío que pela (menos de 5ºC, y heladas
por las noches) ya no llueve, nieva, ni hace viento, y el sol se nos asoma de
vez en cuando por entre las nubosas rendijas.
Ayer estuve viendo en el
cine un clásico cinematográfico, "El gran dictador"
(1940), de Charles Chaplin, y con Charles Chaplin, Charles Chaplin (hace dos
papeles) y Paulette Godard. Lúcida y visionaria película, con momentos
realmente memorables y realmente divertidos y desternillantes. Sin embargo, en
algunas pequeñas fases, no acabó de gustarme del todo, pues percibí cierto
grado de ñoñería y acaramelamiento, tal vez, muy del gusto de épocas pasadas
(no sé), pero que hoy se han quedado algo anticuadas, creo. De todas formas es
una magnífica película y muy recomendable, pues no ha perdido nada de
actualidad en sus postulados reivindicativos, pues por muy en democracia
occidental que estemos ahora en el primer mundo, ciertos líderes democráticos
mundiales a veces tienen veleidades absolutistas (no tenéis más que ver los
muñecos del guiñol del Canal+ para ver parodias similares de los lideres
actuales, como las hace la película con los pasados ... fijaos en el año de la
película, que probablemente se rodó un año antes, y veréis su anticipación a
los hechos).
Y nuestras frases de
sabiduría ajena para hoy:
- "Una parte muy grande de las guerras
consiste en quedarse sentado sin hacer nada, esperando a que llegue alguien,
sin la más mínima garantía de la cantidad de tiempo que nos queda, por lo que
no vale la pena iniciar ni siquiera una reflexión" (Graham Greene).
- "Detestar de todo corazón, detestar
hondamente, atentamente, cuidadamente, sin resquicio alguno para la distracción
o el hastío, es algo que no a todos se nos brinda, algo para lo que se precisa
un paciente y sacrificado entrenamiento"
(Camilo José Cela).
- "Cuando empieces a ser indulgente con
el prójimo, te volverás severo contigo mismo; pues es corriente que todos
aquellos que se perdonan demasiado a sí mismos, son excesivamente rigurosos con
los demás" (San Francisco de
Sales).
Besos y abrazos,
Don.
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