Miércoles, 11 de julio de
2001
¡Buenos días! ... ¿Buenos
días? ... ¡Sí, creo que sí! ... ssshhh, pero no lo digáis muy alto.
¿Creéis que hoy hablaré del
tiempo?, ... gran intriga, ... pues, sí, pero hoy seré breve, para que no
descubran el código cifrado en lo que escribo: soleadísimo día, típico del
verano burgalés, con un Lorenzo que se te agarra al cogote, como si te aplicase
el tercer grado, pero en cuanto te pones a la sombra (no en la cárcel) te deja
respirar, no como más al sur ... :-) ...
Todo este secretismo viene
de que ayer estuve viendo "El sastre de Panamá"
de John Boorman, basada en una novela de John Le Carré, con Pierce Brosnan (el
espía), Geoffrey Rush (el sastre), y Jamie Lee Curtis (la mujer del sastre).
Buena película de espionaje crepuscular, decadente, y algo cutre (no la peli,
sino el espionaje de la peli), ahora que el Telón de Acero desapareció.
Pierce Brosnan hace de espía
venido a menos en Panamá y con guiños a su papel de James Bond en otros films.
Jamie Lee Curtis hace un papel que recuerda al que hizo en "Mentiras
arriesgadas" con Arnold Schwarzzenegger (no sé si me sobran y faltan
letras en el apellido).
La peli tiene leves toques
de humor, es algo cínica, corrosiva y crítica de la política de espionaje de
Great Britain and USA (de hecho, la peli es irlandesa), y también de la
situación social de las repúblicas bananeras (tengan o no un esencial canal de
comunicación marítima). También habla de mentiras, de que cuanto más gordas
mejor nos las tragamos, de que al final todo acaba sabiéndose, por mucho que
adereces las mentiras para enmascararlas.
Pues me despido, ... ¡uh!
... no os asustéis, ... que todavía quedan las frases ajenas lapidarias:
- "Es preferible estar solo a frecuentar
las malas compañías, porque somos más propensos a copiar los vicios de los
demás que sus virtudes, de la misma manera que la enfermedad es más contagiosa
que la salud" (Charles Caleb
Colton)
- "La inspiración existe, pero tiene que
encontrarte trabajando" (Pablo
Picasso).
- "Gandhi dio un gran ejemplo. Sólo
vestía ropas hechas en casa. Hilaba su propio algodón. La elaboración del
algodón era, en cierto sentido, una lucha contra el monopolio británico.
Ejercía la majestad a través de la sencillez y luchaba contra la nobleza por
medio del trabajo" (Lou Marinoff).
- "No basta tener dinero o una
preeminencia social para no estar dentro de la plebe que se afana por cosas
materiales y de relumbrón. Existe la plebe rica y la pobre, y esta última es
posiblemente la menos antipática de las dos" (Pío Baroja).
- "La abundancia de palabras inútiles es
un síntoma cierto de inferioridad mental"
(Lebon).
Besos y abrazos,
Don.
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