20120911

Prometedor matutino

Jueves, 29 de noviembre de 2007

¡Buenos días!

Esperanzadoras promesas las que siempre aguardo de esta amorosa ribera, ya muy avanzada su muda otoñal, con la mayoría de las ramas ya casi desnudas, cual erizadas púas peinando el viento, todo un augurio de que el invierno anda ya muy cerca. Hojas por el suelo o llevadas en volandas allende la ribera y que nos prometen que la próxima temporada estarán de nuevo por aquí, reconfortándonos siempre tan bien como lo suelen hacer. Yo, de todas formas, sigo prometiéndomelas muy felices con mis hadas y ninfas ribereñas cada día que pasa.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película china, un cuento chino. Se trató de "La promesa" ("Wu ji"), de Chen Kaige, y con Hiroyuki Sanada, Don Kun Jang y Cecilia Cheung  (un bellezón de porcelana). Una fantasía, una mitológica fábula épica, preciosista, pero sin mucha consistencia, con montones de pequeños flecos al aire (técnicos y artísticos) que la deslucían en conjunto, un intento de remedo y una miscelánea de las espléndidas "Tigre y dragón" de Ang Lee, "Hero" y "La maldición de la flor dorada" de Zhang Yimou, y de la magistral "La casa de las dagas voladoras" de Zhang Yimou.

Nos cuenta la historia de una pobre niña a la que se le aparece una diosa, especie de hada madrina, y que le da a elegir entre opciones, y la niña elige ser una bella princesa, deseada por todos los hombres, pero a cambio de renunciar al amor verdadero, al que solo accederá cuando el tiempo vuelva hacia atrás, nieve en primavera y los muertos regresen de la tumba. Una fábula sobre la fugacidad, las servidumbres y las mentiras del amor ... y sobre escoger el camino adecuado, sin determinismos previos. Se dejaba ver, pero frustró prácticamente todas las prometedoras esperanzas que había depositado en ella.

Ahora unas promesas de sabiduría ajena que espero sugieran nuevos caminos en nuestro continuo devenir vital:

 - "Para quedarte donde estás tienes que correr lo más rápido posible, ... y si quieres ir a otro sitio, deberás correr, por lo menos, dos veces más rápido".  (Lewis Carroll).

 - "Donde no hay esperanza no puede haber esfuerzo".  (Anónimo).

 - "En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias".  (Robert G. Ingersoll).

 - "Solo aquellos que no esperan nada del azar son dueños del destino".  (Mathew Arnold).

 - "Que quien en prometer es muy ligero, proverbio es que despacio se arrepiente".  (Alonso de Ercilla).

 - "Las promesas valen más y cuestan menos. Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas".  (Anatole France).

Besos y abrazos,

Don.
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