Euforia matutina

Viernes, 16 de noviembre de 2007

¡Buenos días!

No quepo en mí de gozo ... otro casi pluscuamperfecto día de otoño, radiantemente soleado, de explosivo colorido, sin demasiado viento (de momento, que anoche taladraba hasta el tuétano), de exultantes sensaciones ... tan animoso me encuentro que no me entero del frío que hace: -6ºC esta madrugada, +1ºC al mediodía, y no creo que superemos los

+5ºC de máxima hoy.

Pues eso, anoche estuve en el cine viendo una película de las que programa el Aula de Cine de la Universidad de Burgos, por supuesto en versión original con subtítulos. Se trató de la rusa "Euforia" ("Euphoria", pero con grafía cirílica, que aquí no puedo teclearla), de Iván Vyrypaev, y con Polina Agureyeva (guapísima), Maksin Ushakov, y Mikhail Okunev. Historia de amor desbocado, muy, muy pasional, como de tango, que se desarrolla en la árida estepa rusa entre un pastor de cabras y una mujer casada a quien conoció en una boda. La película, aparte de una estupenda e hipnótica banda sonora, y unas estupendas panorámicas, no me pareció ni fu ni fa, con momentos que me enganchaba y otros de distanciamiento y frialdad. La manera de contar me pareció muy rara y ligeramente incomprensible, además de que a su contenido le faltaba algo de sustancia.

Bueno, pues para tratar de ver con algo más de optimismo nuestros disgustos vitales, nada como un poquito de sabiduría ajena.

 - "Nada grande se ha realizado nunca sin entusiasmo".  (Ralph Waldo Emerson).

 - "Entre todas las alegrías, la más disparatada es la más alegre; es la alegría de los niños, de los campesinos y de los salvajes; es decir, de todos aquellos que están más cerca de la naturaleza que nosotros".  (Azorín).

 - "Nuestra alegría es igual que el agua movediza de los ríos, que sólo debe su frescor a su constante fugacidad".  (André Gidé).

 - "El placer supremo es obtener lo que se anhela".  (Tales de Mileto).

 - "La felicidad no consiste en realizar nuestros ideales, sino en idealizar lo que realizamos".  (Alfred Tennyson).

Besos y abrazos,

Don.
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