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Matutino de ciega generosidad

Miércoles, 15 de octubre de 2003

¡Buenos días!

Un tupido manto de grises nubes nos ciega la generosidad lumínica del carro de fuego, y no es que sea para llorar, pero las nubes, no sé muy bien por qué, están a punto de hacerlo, o eso parece. Además, los árboles de la Avenida del Arlanzón, todavía generosamente verdes, nos ciegan también los primeros apuntes de color otoñal de los arbolitos de más al fondo de la ribera del Arlanzón, aunque como generosos que son, no lo hacen del todo y puedo deleitarme con tenues pinceladas de amarillo y ocre sobre fondo de rabioso verde ... ¡precioso!

Y en este clima de amor y poesía por el paisaje otoñal, me fui ayer tarde a ver una película de precioso y poético título, pero que lleva dentro una estupenda y dura historia sobre malos tratos a mujeres. Se trata de "Te doy mis ojos", de Iciar Bollaín, y con Laia Marull (hermosísima) y Luis Tosar.

Me tuvo buena parte del tiempo tensionado, pues parece ser que por empatía me metí bastante en el papel de ella. La película es dura, pero suavizada por algunos breves momentos de sonrisa, para aliviar una tensión que de otro modo hubiera sido insoportable.

Yo recomendaría ver a todo el mundo esta película, que está muy bien documentada, para que todos entendiéramos un poquito mejor este mundo de la violencia doméstica, sin maniqueísmos, pues la historia está imbuida por cierto barniz científico, es decir, tratar de entender el por qué ocurren las cosas, y no pensar que es porque son así, para una mejor solución posterior.

Creo que, en cierto modo, tiene la filosofía de cierta frase de Nelson Mandela que ya os lancé en la sección de sabiduría ajena:

 - "Fue en aquellos largos y solitarios años donde mi hambre por la libertad de mi propio pueblo se convirtió en hambre por la libertad de todos, blancos y negros. Yo sabía que el opresor tiene que ser liberado de la misma manera que el oprimido. Un hombre que restringe de esa forma la libertad de otro ser humano es un prisionero del odio, del prejuicio y la estrechez mental. Tanto el opresor como el oprimido ven robada su humanidad".  (Nelson Mandela).

Y como profilaxis mental para los maltratadores no vendría mal aplicar esta otra sabia cita que también os lancé hace tiempo:

 - "Si sabes, siendo amante, no enloquecer de amor, y aciertas a ser fuerte sin dureza en la voz y, siendo odiado, consigues no odiar a los que te odian; y puedes, sin odiarlos, defenderte y luchar; si consigues soportar que todas tus acciones, aunque sean torcidas por la envidia y el mal, y aún viendo a la mentira ganar los corazones, te proteges el alma y no mientes jamás, valdrás ..... más que valen el Poder y la Gloria, porque serás un hombre ..... ¡hijo mío!"  (Rudyar Kipling).

Y para terminar, una frase de J.J. Rousseau:

 - "Al corazón se le habla mejor por los ojos que por los oídos"  (J.J. Rousseau).

Besos y abrazos,

Don.
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