Martes, 18 de enero de 2005
¡Buenos días!
Seguimos con similares
temperaturas que ayer, pero peores sensaciones térmicas, debido a la niebla que
se nos instaló en la tarde de ayer y que comienza a levantar este mediodía, y
también debido a la insoportable brisilla neblinosa. La ribera está como
siempre, hecha un bombón, esta vez envuelto en neblinoso celofán, listo para
ser desenvuelto y saboreado a la vivificante luz del sol. Y de cuando en
cuando, veo pasar a mi lado, tan solo separados de mí por la barrera cristalina
de mi ventanal, a bomboncitos embutidos en sus abrigos, taconeando y meneando
cadenciosamente sus caderas, meneos que refulgen en mis cristalinos camino de
mis neuronas.
Pues ayer por la tarde
estuve en el cine viendo la película argentina "Bombón, el perro",
de Carlos Sorin, y con Juan Villegas y Walter Donado, actores no profesionales
ambos que se interpretan a sí mismos. Deliciosa, natural y entrañable historia
de gente sencilla y sin dobleces en la desolada Patagonia. La peripecia de un
tipo desempleado que por azares del destino acaba de dueño de un perro: un dogo
argentino con pedigree, cuyo nombre es Bombón Lechien. Otra historia mínima de
Carlos Sorin, como las que también se contaban en la también estupenda película
"Historias mínimas", su anterior film.
La especie de moraleja que
extraje de esta historia es que nunca desechemos lo aparentemente inútil (sea esto
personas, animales u objetos), que siempre nos puede dar una inesperada
sorpresa. Una película que me produjo cosquilleos emocionales en las neuronas:
cosas de la inteligencia emocional, muy especialmente hacia el principio y el
final. Cosa rara esta de que al principio me cautive de esa manera una
película; a mí, que en general soy tardo en reaccionar a los estímulos.
Si os gustan los perros y
las historias sin artificios, os la recomiendo encarecidamente, aunque creo que
en Madrid ya no la echan (la estrenaron en octubre, creo), y no sé en el resto
de lugares ... salvo Burgos, obviamente ...
Como siempre, os regalo
ahora unos bomboncitos de sabiduría ajena, que os ayuden a tratar de endulzar
la a veces amarga vida que nos toca lidiar; y como sucede con frecuencia, con
cierta relación con lo que ocurre en el film:
- "Dar, es señoría; recibir,
pobretería". (refrán).
- "La paciencia es amarga, pero sus
frutos son dulces". (Rousseau).
- "Ya solo interesa lo nuevo, y así las
cosas, tan peligroso es obstinarse en un hábito como meritorio porfiar en
cualquier empresa". (William
Shakespeare).
- "La amistad es el amor vestido de
paisano; un préstamo a fondo perdido y ausente de intereses; los ojos que miran
donde miran los nuestros". (Antonio
Gala).
Besos y abrazos,
Don.
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